Por tercera vez Irak designa nuevo premier

El presidente de Irak, Barham Salih, nominó este jueves al jefe de Inteligencia Mustafa al-Kadhimi como el nuevo primer ministro designado de Irak, dando chances a una nueva opción, la tercera en lo que va del año, para desbloquear el difícil cuadro político del país.

A la ceremonia oficial, realizada en el Palacio Presidencial, asistieron altas autoridades como el Presidente del Parlamento, Mohammed al-Halbouosi, el Jefe del Consejo Judicial Supremo, Juez Fa'iq Zidan, el Jefe de la Corte Suprema Federal, Juez Medhat al-Mahmoud, la jefa de la UNAMI, Sra. Jeanine Hennis-Plasschaert, asi como los Jefes de todos los bloques y partidos políticos más importantes.

El presidente Salih enfatizó la importancia de formar un gobierno fuerte que sea capaz de enfrentar los desafíos planteados por las crisis actuales, mantener la soberanía y la estabilidad de Irak, satisfacer las demandas de los iraquíes a través de las reformas deseadas y hacer avanzar al país.

Tercer intento

La nominación del jueves se produjo momentos después de que su predecesor Adnan al-Zurfi pusiera punto final a su intento de formar el tan esperado nuevo equipo de gobierno.

La grave crisis económica a la que se suma la pandemia de coronavirus, con el trasfondo de meses de agitación político-social, refuerzan el peligro de un vacío de liderazgo, constituyendo una constante amenaza para el país.

"Con mi mandato de dirigir el gobierno iraquí, prometo a mi honorable pueblo trabajar para formar un gobierno que priorice las aspiraciones y demandas de los iraquíes", tuiteó al-Kadhimi poco después de que se anunciara su nombramiento.

La asistencia de las principales figuras políticas del país a la ceremonia de su nombramiento, indica un amplio apoyo para el flamante PM, de 53 años, algo de lo que ninguno de sus dos predecesores había gozado.

Internas y exteriores

En una declaración en redes sociales, el saliente Adnan al-Zurfi dijo: "El fracaso en formar un nuevo gobierno fue la causa de problemas nacionales y extranjeros. Pero eso no me impedirá continuar sirviendo al pueblo a través de mi posición parlamentaria actual”.

"Seguiré trabajando y preparándome para las elecciones anticipadas para completar nuestro proyecto nacional", afirmó.

Antes de al-Zurfi, el ex ministro Mohammad Allawi tampoco pudo reunir un gabinete.

Mientras tanto, el primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, quien renunció en diciembre tras meses de protestas antigubernamentales, continuó liderando el gabinete que ejerce funciones en forma interina.

Con el complejo panorama político iraquí, desde la invasión estadounidense en 2003 muy vulnerable a los vaivenes de las tensiones regionales e internacionales resultantes de su estratégica situación geopolítica, se abre así un nuevo capítulo para el país.  

El flamante PM Al-Kadhimi ha tenido durante mucho tiempo estrechos vínculos con EEUU, pero fuentes políticas dijeron que en los últimos meses también ha mejorado sus lazos con la vecina República Islámica de Irán.

Ahora el designado tiene 30 días para presentar su lista de jefes de gabinetes al Parlamento de 329 miembros, con el objetivo de obtener su necesario voto de confianza.

Tormenta perfecta

Al-Kadhimi ascendió al cargo en un momento muy difícil para Irak, que ahora enfrenta una crisis presupuestaria provocada por el colapso de los precios mundiales del petróleo y la propagación del coronavirus.

Los ciudadanos iraquíes han expresado su enojo por los sucesivos fracasos de las autoridades para hacer frente a la difícil y candente conjunción de ambas crisis.

"Si continúan con sus conflictos - 'Queremos esto, queremos eso' - nunca habrá un gobierno. Porque todas las partes (fuerzas políticas) quieren llenar el puesto con uno propio", dijo Iman Khodr, un residente de Bagdad.

Irak vive uno de los peores bloqueos políticos de su historia reciente al que ahora se sumó el coronavirus, del que se han registrado a la fecha 1279 casos y 70 muertes.

El país árabe mesopotámico se ha visto afectado por protestas masivas desde principios de octubre pasado, cuando los manifestantes salieron a las calles primero con demandas sobre el desempleo juvenil y la corrupción gubernamental, y luego exigiendo un cambio total del sistema político vigente, de tinte sectario e instaurado por la ocupación de EEUU, que ha hecho absolutamente ineficiente la acción de Gobierno.