Nuevo primer ministro en Irak

La República de Irak inicia febrero con una renovación de su equipo de gobierno en medio de un candente y volátil panorama.

El mismo se inició hace más de tres meses con una constante convulsión social, y tras comenzar el año siendo el país anfitrión del asesinato del Gral. Soleimani a cargo de EEUU, con la consecuente respuesta iraní sobre las bases estadounidenses en Irak, y una masiva manifestación popular anti estadounidense hace 10 días.

Con la política iraquí, desde la invasión estadounidense en 2003, muy vulnerable a los vaivenes de las tensiones regionales e internacionales resultantes de su estratégica situación geopolítica, se abre un nuevo capítulo para el gran país árabe mesopotámico.  

Buscando aplacar la reciente crisis, el presidente iraquí, Barham Salih, nombró el sábado a un ex ministro de Telecomunicaciones (en 2006 y 2010), Mohammed Tawfiq Allawi, como nuevo primer ministro del país, según informó la televisión estatal.

El nuevo primer ministro tendrá que formar un nuevo gabinete ejecutivo en un mes y mantener el cargo hasta que se celebren elecciones anticipadas.

El nombramiento puso fin a un estancamiento político de dos meses ya que los partidos no pudieron nombrar a un candidato después de que el primer ministro anterior, Adel Abdul-Mahdi, fuera obligado a dimitir en medio de grandes oleadas de protestas y un oscuro trasfondo geopolítico.

La sumatoria de dichos elementos llevó a Abdul-Mahdi a presentar la renuncia a fines de noviembre pasado y permanecer como interino hasta este fin de semana.

Irak se ha visto afectado por protestas masivas desde octubre, cuando los manifestantes salieron a las calles primero con demandas sobre el desempleo juvenil y la corrupción gubernamental, y luego exigiendo un cambio total del sistema político actual. Más de 450 personas han muerto en las protestas desde entonces.

Primer mensaje

En un vídeo publicado en Twitter tras su nombramiento, Allawi hizo un guiño a los manifestantes, asegurando que han sido pacientes y que "si no hubiera sido por los sacrificios del pueblo iraquí, no se habría logrado ningún cambio".

"Yo creo en ustedes", les dijo, pidiéndoles que continúen sus movilizaciones hasta conseguir las reformas políticas y económicas que vienen exigiendo.

"Ahora soy vuestro empleado y tengo una gran responsabilidad, no volváis (atrás) hasta que, yo u otro, cumpla con vuestras demandas", declaró el ex ministro de Telecomunicaciones y parlamentario.

Asimismo, prometió: "Vamos a compensar a las familias de los mártires (muertos en las protestas), curar a los heridos, fijar una fecha para las elecciones (...) trabajar para mejorar la economía y combatir la corrupción".

Sigue la disconformidad

Cientos de personas participaron en protestas en Irak por el nombramiento del nuevo primer ministro del país, informó el domingo la agencia AP.

Las protestas, en las que participaron estudiantes, se llevaron a cabo en las plazas centrales de Bagdad, así como en el sur de Irak.

Los manifestantes que se mantienen en las plazas de varias ciudades iraquíes en protesta permanente desde hace cuatro meses rechazaron este domingo el nombramiento de Allawi como primer ministro al considerar que no es independiente y forma parte de la clase política que destruyó el país y a la que tachan de corrupta e incompetente.

Los manifestantes coinciden en que su nombramiento ha sido en contra de la voluntad  de la calle que pide una persona "patriota e independiente".

Oscura destitución de Abdul Mahdi

Tras el asesinato del Gral. Soleimani, el 5 de enero, el Parlamento iraquí aprobó una resolución para expulsar a las tropas estadounidenses del país. Asistió el primer ministro interino, Adel Abdul-Mahdi, quien proporcionó información sobre por qué específicamente Irak estaba en esta situación, y habló principalmente sobre la política de Washington  hacia el país árabe y las amenazas que le llegaron desde el presidente de EEUU, Donald Trump.

De los datos proporcionados, durante esa sesión del Parlamento, por el hoy ex primer ministro, surgen algunos de los múltiples motivos (y otros mencionados más abajo) que explicarían su dimisión.

Abdul-Mahdi dijo que EEUU se negó a completar los proyectos de infraestructura y red eléctrica a menos que se le prometiera el 50 por ciento de los ingresos petroleros; condiciones estas que el primer ministro se negó a conceder.

Luego, cuando el Primer Ministro visitó China y llegó a un acuerdo importante para emprender la construcción de los proyectos en lugar de EEUU, el presidente Trump supuestamente lo llamó, diciéndole que rescindiera el acuerdo con China, de lo contrario habría manifestaciones masivas contra él, que lo obligaría a dejar su cargo.

Detalle cronológico: la delegación iraquí de 50 personas visitó China en septiembre de 2019 y las masivas protestas “anti-corrupción” comenzaron el 1 de octubre, en consonancia con una masiva campaña mediática de los medios dominantes y pro-occidentales avivando las llamas de la protesta.

Detalle regional y paralelo: casualmente el 17 del mismo mes de octubre también comenzaron masivas marchas en el Líbano (¿otro tema?).

Volviendo a Irak:

Otro dato no menor es que bajo el gobierno de Adel Abdul-Mahdi, Irak reabrió el cruce fronterizo con Siria de Bukamal-Qa’im, a fines de septiembre pasado.

A su vez, en julio de 2019, el gobierno de Bagdad participó de reuniones con sus homólogos de Siria e Irán para iniciar el camino hacia la interconexión ferroviaria desde el Golfo al Mediterráneo.

Más aún, otro requisito de la administración Trump ha sido que el gobierno iraquí disuelva las milicias apoyadas por Irán (Unidades de Movilización Popular - UMP), que fueron esenciales en eliminar la amenaza de DAESH (ISIS) y lograr su derrota definitiva en Irak.

Ninguna unidad de las milicias se disolvió, sino que por el contrario: en 2016, el gobierno integró formalmente a las UMP en las fuerzas de seguridad.

Entonces, fuertemente presionado por EEUU y evitando abrir una puerta al “caos controlado” y desestabilizador de Washington tan conocido en la región, Adel Abdul-Mahdi entregó su renuncia el 29 de noviembre mientras EEUU todavía intentaba presionarlo para que cancelara el supuesto acuerdo con China.

Más tarde en diciembre, ya como premier interino y en el marco de las continuas manifestaciones sociales, cuando el Ministro de Defensa iraquí dijo públicamente que una tercera parte estaba apuntando (francotiradores) tanto a los manifestantes como a las fuerzas de seguridad, Abdul Mahdi supuestamente recibió una llamada de EEUU que amenazó con matarlo a él y al ministro de Defensa si seguían hablando de esta «tercera parte».

Además en relación al asesinato del alto mando iraní en suelo de Irak por parte de EEUU, el primer ministro iraquí afirmó que el Gral. Qassem Soleimani fue invitado a Irak para participar en las negociaciones de reconciliación con Arabia Saudita cuando fue asesinado.

De modo que el gobierno iraquí bajo Abdul Mahdi trató de mediar en el conflicto regional entre Irán y Arabia Saudita y mostró su intención de distanciarse de las políticas de plena sumisión a la agenda estadounidense en la región.

Por otra parte, claramente la política de Estados Unidos contra Irán ha ejercido también una fuerte presión sobre el gobierno de Abdul-Mahdi en todos los aspectos, en especial el energético.

Cuando Washington reactivó las sanciones económicas contra Irán en noviembre de 2018, EEUU pidió al gobierno iraquí que detuviera los pagos a Teherán por gas natural y electricidad y diversificara sus importaciones de energía, (preferentemente a través de contratos con empresas estadounidenses). Bagdad le pidió a Washington más tiempo para buscar alternativas por temor a represalias de Irán y la escasez de electricidad.

El respiro temporal del gobierno de Trump permitió a Irak continuar importando gas y electricidad iraníes, pero Washington continuó presionando a Bagdad para firmar contratos de infraestructura energética con empresas estadounidenses. Sin embargo, Abdul-Mahdi concluyó un acuerdo de electricidad de U$D 284 millones con una empresa alemana en su lugar.

También en lo referido al área de defensa, Abdul-Mahdi estaba dispuesto a comprar el sistema de misiles S-400 y otros equipos militares de Rusia.

Todas estas decisiones hicieron que el hoy ex premier fuera extremadamente “impopular” (desechable) para la agenda de Estados Unidos y por ende, candidato seguro a la lista mundial de políticos con mandato interrumpido, algo para lo que parece ser muy funcional la campaña mediática que exhibe y fomenta una “presión de la calle” en la que se mezclan justos reclamos sociales con el pedido de gobernantes “independientes” (¿de quién?).