El bloque Sairun de Muqtada Al Sadr claro ganador

Tas confirmarse este sábado los datos preliminares , Sa’irun, una coalición electoral ideológicamente diversa liderada por el influyente líder religioso shiíta iraquí Muqtada Al Sadr, aseguró una cómoda ventaja en la votación parlamentaria del pasado sábado 12, dando a su líder la oportunidad de determinar el futuro político del país.

De acuerdo con la comisión electoral de Irak, la coalición del clérigo de 44 años, ha ganado una pluralidad en gran parte del país. En medio de una tasa de participación electoral de 44.52 por ciento (10,7 millones de personas), el bloque Sa'irun obtuvo al menos 1.3 millones de votos, otorgándole 54 lugares en el parlamento unicameral de 328 escaños del país.

Por su parte, la alianza Fatah, en segundo lugar, liderada por el ex-ministro de Transporte, Hadi Al Amiri, ganó 47 escaños, mientras que la alianza Nasr del actual primer ministro, Haider Al Abadi, quedó en tercer lugar con 42.

El ganador formará un gobierno que gobernará Irak durante cuatro años. La nación acudió a las urnas por primera vez la semana pasada desde que derrotó al grupo terrorista DAESH, que había capturado grandes extensiones de tierra iraquí en 2014.

Perfil y perspectiva

El éxito electoral de Sa’irun fue una desagradable sorpresa para la coalición Nasr del primer ministro Al Abadi, respaldada por Washington, así como para la Alianza Fatah del ex-ministro y comandante de las Unidades de Movilización Popular (PMU por sus siglas en inglés) Hadi Al-Amiri, un destacado aliado de la Guardia Revolucionaria iraní.

Con los dos bloques ampliamente considerados como los favoritos para ganar la votación del sábado, el resultado inesperado de la coalición encabezada por Al Sadr parece haber puesto un obstáculo a sus planes.

Si bien el propio Al Sadr no se postuló y no es elegible para convertirse en el próximo líder del país, el sólido resultado de su bloque significa que tiene la oportunidad de ser un influyente jugador en favor del necesario equilibrio.

Viniendo de una conocida familia de teólogos islámicos, Moqtada Al Sadr se hizo un nombre por primera vez luego de la invasión de Iraq en 2003. En ese momento, organizó un movimiento político y militar conocido como el Ejército del Mahdi en la zona de Ciudad Sadr de Bagdad y hacia el sur del país, convirtiéndose en una espina en el costado para los invasores de Washington y librando una guerra de guerrillas contra las fuerzas de ocupación de la llamada coalición.

Tras el retiro de EEEUU del país, durante la administración Obama en 2011, Al Sadr se retiró temporalmente de la política y resurgió a mediados de esta década para criticar la corrupción gubernamental, desafiar el fortalecimiento de lazos de Bagdad con Teherán e instar a todas las fuerzas extranjeras, incluidas las iraníes, a abandonar el país una vez finalizada la guerra contra DAESH.

El regreso de Al Sadr al foco político comenzó en 2016 cuando, junto con el Partido Comunista de Irak, el ex líder de la milicia organizó manifestaciones masivas contra la corrupción en la capital del país. Las protestas, que pronto se convirtieron en una práctica semanal, vieron al clérigo pidiendo reformas, la remoción de ministros incompetentes y la eliminación de las cuotas religiosas que determinan la composición del gabinete.

Después de que Bagdad declarara la victoria sobre DAESH a fines de 2017, Al Sadr anunció sus planes de crear un nuevo bloque que incluyera su movimiento sadrista, junto a comunistas y otros partidos seculares para participar en las elecciones parlamentarias del 12 de mayo.

Las visitas a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos en 2017, han provocado inquietudes de algunos observadores en Teherán. Sin embargo, Al Sadr se ha presentado como un pacificador, ofreciéndose para mediar en las negociaciones para resolver el tenso panorama regional signado por las conflictivas relaciones entre, la petro-monarquía del Golfo y la República Islámica, vecinos del sur y del este iraquíes respectivamente.