Reconstruyendo la biblioteca de la Universidad de Mosul

Bajo el lema “Déjalo ser un libro, renaciendo de las cenizas” blogger Mosul Eye lanzó una campaña solidaria para reconstruir la biblioteca de la Universidad de Mosul, recibiendo el apoyo de profesores, estudiantes y privados dentro y fuera de Iraq.

La biblioteca contenía 3.500 libros únicos en su tipo que datan del S.XVIII, y otros 5.000 documentos oficiales desde el establecimiento de la República de Iraq en 1921.

Varios de los manuscritos más antiguos fueron digitalizados con copias de seguridad en servidores, y podrán ser de alguna forma recuperados para la posteridad, explicó Mohammed Jassim, director de la biblioteca. Otros fueron resguardados por personal de la biblioteca cuando E.I. tomaba la universidad.

El casi millón de libros y documentos contenidos en la biblioteca fueron destruidos en marzo de 2016 tras un ataque aéreo de la coalición internacional liderada por EEUU , porque sospechaban que las instalaciones eran utilizadas por el E.I. como comando central.

Finalmente, el E.I. prendió fuego a lo que quedaba de la biblioteca ante el avance de las fuerzas iraquíes durante el pasado enero para borrar cualquier evidencia que pudiera incriminarlos.

“El hollín podía olerse a 500 metros de distancia”, dijo Alí Al Baroodi, un disertante del departamento de traducción de la Universidad de Mosul. “Los libros se amontonaron en una esquina y se le dio mecha”, continuó.

Hasta el momento se recibieron más de 6.000 libros, un privado se comprometió a donar una suma importante, y la librería parisina Le Reve de L’Escalier envió tres paquetes. “No pasa un día sin recibir donaciones”, dice Jassim.

Y agregó, “La Universidad de Basora fue la primera en ofrecer su ayuda. Y hace poco, recibimos una oferta de la Universidad Dijlah, una universidad privada de Bagdad. Este es un gran ejemplo de unidad iraquí”.

El pasado 25 de mayo se realizó un festival de arte en el campus de la Universidad de Mosul para promover la campaña. “El objetivo del festival fue dar a conocer el daño causado a la biblioteca, incentivar la donación de material y permitir acercarse a quienes se habían comprometido con la reconstrucción”.