Masiva manifestación en Bagdad

La manifestación convocada por el clérigo Muqtada Al Sadr, se llevó a cabo en la Plaza Tahrir de Bagdad, para condenar el estado de la seguridad, así como la corrupción en el país y demandar reformas.

"Sí, sí a la reforma. No, no al sectarismo. No, no a la corrupción", se leía en las pancartas de los congregados este viernes, quienes ondearon banderas iraquíes y cantaron slogans mientras los altoparlantes emitían canciones patrióticas nacionales.

El gobierno iraquí había prohibido la protesta, mediante advertencias del Comando de Operaciones Conjuntas de Irak sobre la intención de las fuerzas de seguridad de considerar a los manifestantes que portaran armas como "terroristas". El primer ministro iraquí, Haider Al-Abadi también había pedido una respuesta firme a cualquier "protesta armada".

La protesta se produce después que Al Sadr se negará a cancelar el masivo acto en Bagdad, tras haber sido la ciudad testigo de un dramático incremento en los ataques terroristas de las últimas semanas.

El martes, Abadi dijo que los grupos políticos deberían centrarse más bien en la campaña contra los extremistas de E.I. en lugar de celebrar protestas que están socavando los esfuerzos para mantener la seguridad del país.

Un gran número de partidarios de Al Sadr de diferentes provincias llegaron a Bagdad para participar en la manifestación de este viernes. El clérigo apareció brevemente frente a los manifestantes, y dio un breve discurso antes de irse.

Las autoridades iraquíes están preocupadas de que las nuevas protestas podrían conducir a un caos similar al producido en abril pasado, cuando algunos manifestantes irrumpieron en la restringida “Zona Verde” de la capital y escalaron los muros de seguridad en dirección al Parlamento.

Demoras en la definición de integrantes del nuevo gabinete, junto con una fuerte pulseada política y sectaria sobre quien debería integrarlo, han paralizado la política en Irak.

A su vez la corrupción se convirtió en un tema mayor luego de la caída del precio del petróleo en 2014, y su consecuente reducción del presupuesto nacional, en momentos en que se necesitaban ingresos adicionales para sostener la guerra contra el extremismo sectario de E.I.

Por otra parte, la demostración de este viernes se produjo en medio de una nueva ola de ataques con bombas dirigidas a distintos barrios de Bagdad en las últimas semanas, mayormente orientados a encender el odio sectario.

A principios de este mes, cerca de 300 personas perdieron la vida después de un atacante detonó un vehículo con explosivos en un distrito comercial en el barrio de Karrada en Bagdad. E.I. se atribuyó la responsabilidad por el criminal acto.

La violencia llevó al primer ministro Abadi a cesar del cargo a una serie de altos funcionarios del área de seguridad en la capital.

El caos en el escenario político de Irak llega en un momento crítico en que las fuerzas del ejército, apoyados por combatientes voluntarios, están comprometidos en feroces enfrentamientos con los terroristas de E.I. en varios frentes, habiendo recuperado a fines de junio la importante ciudad de Faluya .

El martes, Abadi llamó a la unidad entre todas las facciones iraquíes con el fin de mantener los avances militares sobre el terreno contra los terroristas takfiríes.