Centenario de Mayo

Se acercaba el Centenario de la Revolución de Mayo, y la República Argentina bullía de entusiasmo y algarabía que la celebración de estos fastos alcanzaría en el orden nacional.

Los países de todo el mundo anunciaban el envío de sus delegaciones especiales para ser representados en los festejos de tan magna fecha, que serían encabezados por la presencia de la Infanta Isabel de España, y entre otras personalidades mundiales destacadas brillaban Clemenceau, Anatole France, Huret, Blasco Ibáñez, Bevione y Ferri.

Con sus avenidas iluminadas, Buenos Aires parecía un gran escenario: espléndidos edificios públicos, grandes tiendas y palacios que impresionaron a distinguidos viajeros, que luego difundieron en memorables páginas.

Ante la ausencia de actos oficiales o privados concordantes con lo que sucedía en la Capital Federal, Moisés José Azize promueve en Córdoba un homenaje de la colectividad árabe al país que generosamente la albergaba.

Como consecuencia de este movimiento, que contó con el entusiasmo y en muchos casos el sacrificio de todos (“en aquél tiempo éramos todos pobres” recordaba Azize), el acto más importante realizado en la Provincia de Córdoba el 25 de Mayo de 1910 en conmemoración del Centenario, fue la entrega en manos del Gobernador, de una magnífica placa de plata engarzada en mármol esculpido, en presencia de las más altas autoridades provinciales.

Jorge Batica, eximio escultor y herrero, es decir un insigne artista árabe, cuyas obras tenían importante relevancia en Damasco, era bien conocido entre su comunidad en Córdoba, por el amor a sus patrias de nacimiento y de adopción, fue quien –por pedido de Moisés J. Azize– tomó a su cargo la responsabilidad de lograr esta obra de singular magnitud: la Placa del Centenario .

En aquel tórrido verano de 1910 Don Jorge Batica cerró las puertas de su comercio por 60 días, trabajando día y noche sin descanso para que su obra estuviera concluida en la fecha patria, hasta lograr algo único, que debe ser valorado a nivel mundial en el campo artístico de la escultura árabe.

Dentro de la placa se observa la bandera del imperio otomano junto a varias banderas, que se complementan con una serie de símbolos –Batica desarrolló la simbología árabe en su obra, siendo hasta la fecha desconocido su significado, para el estudio de los especialistas en obras de arte– con incrustaciones en oro macizo en la parte final.

La crónica del Diario “Los Principios” del 25 de mayo 1910, referida a la manifestación de los sirios dice: “Como estaba anunciado tuvo lugar ayer a las dos y media de la tarde la manifestación de los sirios, resultando un acto brillante como todos los que se producen en este momento alrededor de la gloriosa fecha pues parece que algo vibrara en la atmósfera que exhala el patriotismo de los argentinos y que contagia a los extranjeros que residen en el país.

“Reunidos los sirios en el Salón de la Sociedad Unione e Fratellanza se le incorporó un buen número de socios de dicho centro con sus estandartes y banderas y cuando la columna se puso en movimiento llevando a la cabeza la bandera siria, italiana y argentina, fueron numerosísimas las personas que se le incorporaron, formando un conjunto de una legión considerable.

“Delante de todos marchaba un carruaje lujoso conduciendo el obsequio de los sirios: una lámina de mármol artísticamente tallada, ostentando en el centro una hermosa y gran placa de plata maciza llena de alegorías e inscripciones en español y en turco. En el centro debajo de una serie de banderas simbólicas, la media luna y las estrellas, escudo de la lejana nación cuyos hijos hacían el obsequio.

“Las leyendas de la placa en castellano dicen: en su parte superior, “1810 – PRIMER CENTENARIO DE LA REPÚBLICA ARGENTINA – 1910”; en su lateral izquierdo “RECUERDO DE LA COLONIA SIRIA DE CÓRDOBA”; en su lateral derecho esa misma frase en idioma árabe y en su parte inferior “CÓRDOBA 25 DE MAYO - 1910” y en la gran placa de mármol en forma de escudo, en su lateral izquierdo, dice “ARTISTA J. BATICA *SIRIO* CÓRDOBA – MAYO DE 1910”, frase que se repite en el lateral opuesto, en idioma árabe e iba elegantemente adornada con mirlos y laureles naturales, resultando en el conjunto una obra de verdadero mérito artístico.

“Habiéndose mejorado algo el hijo del Dr. Garzón este funcionario pudo hacer acto de presencia en la casa de gobierno a la llegada de la manifestación siria, encontrándose presente en el salón de representación el Gobernador Doctor Garzón y el Vice-Gobernador Dr. Vidal Peña, los ministros de gobierno y hacienda, senadores, diputados y un grupo de caballeros conocidos.

El ministro de gobierno Dr. Del Viso anunció, en nombre del gobierno, “que dará una colocación preferente en la Casa de Gobierno al obsequio amistoso que hacían los sirios en recuerdo del centenario”.

Los manifestantes fueron obsequiados con champagne y cigarros después del cual se disolvió la manifestación dejando una impresión muy grata pues significa lazos de solidaridad ligados a nuestro país por intereses comunes.

La placa que fue precedida con un desfile en carrozas y a pie, del que participaron todas las colectividades extranjeras radicadas en la provincia, muchos de cuyos integrantes estaban ataviados con sus trajes típicos y sus banderas, según se lee en las crónicas de la época, fue colocada en el Hall de Honor de la entonces Casa de Gobierno por disposición expresa del Gobernador, donde actualmente se encuentra, “...testimoniando a las generaciones que los árabes han sido amantes del país desde sus primeros pasos, que ellos no dejan minorías molestas, que su incorporación es total”, como diría Moisés José Azize al recordar este acontecimiento medio siglo después.