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Siria
martes, 16 de diciembre de 2014

Alepo, la milenaria

Por Redacción DSL

Ciudad de Siria, capital de la provincia homónima, enclavada en la zona norte del país. Está situada a 300 metros sobre el nivel del mar, en la orilla izquierda del río Queiq, 350 km al norte de Damasco, y cuenta con una población cercana a los 4.300.000 habitantes. Está considerada la segunda ciudad en importancia del país. También es conocida con el nombre de Halab, palabra de origen amorita que significa ‘yacimientos de hierro y cobre’.

Historia

Según la tradición popular, Abraham acampó y ordeñó su vaca en la colina donde se levanta la ciudadela, cuando realizaba su viaje desde Ur a Hauran; investigaciones recientes demuestran que, de haberse producido este pasaje bíblico, podría ser posible que en Alepo ya existiera una población importante, antes incluso de la época en la que se enmarca la vida del patriarca.

En torno al año 1780 a.C., el comercio que se realizaba entre Mesopotamia y el Mediterráneo estaba controlado por un grupo de ciudades asociadas que tenían unos intereses comunes, y que bajo la dirección de Alepo sirvieron como territorio de influencia para los pueblos amoritas. Tras la llegada de los hititas, Alepo se mantuvo como la capital del reino de Yamhad, pero padeció numerosos ataques por parte de los hurritas y de los pueblos del mar, que la debilitaron al igual que a otras ciudades estado que se encontraban próximas a ella.

Después de la muerte de Alejandro Magno, la ciudad volvió a tomar el nombre griego de Beroea, y bajo la dominación seleúcida pasó a un segundo plano, bajo la sombra de Antioquía, que en aquel período era la capital del Imperio. En el año 64 a.C., Roma conquistó el norte de Siria, y Alepo se convirtió en el centro comercial más importante entre el Mediterráneo y los países de Asia oriental.

A partir del 1070, la ciudad estuvo bajo el poder de varios gobernantes de origen turco, entre los que destaca Nur-Eddin, famoso por su papel durante las cruzadas y por la reconstrucción de la ciudad y la fortaleza tras los graves destrozos ocasionados por los tres terremotos que sufrió la zona durante el siglo X.

En el 1183, la ciudad fue conquistada por Saladino, quien fue el responsable de un nuevo desarrollo de la ciudad, que había quedado prácticamente deshabitada después de los desperfectos causados por las invasiones mongolas del 1260.

En el siglo XV, Alepo ya había recuperado parte de su esplendor gracias a sus contactos con Venecia y Holanda, que le sirvieron de reclamo para atraer nuevamente a comerciantes y mercaderes adinerados. Como consecuencia de este nuevo período de bonanza económica y cultural, la ciudad creció en extensión e importancia.

Desde el siglo XVI hasta el XVIII, fue el tercer centro económico del Imperio Otomano tras Estambul y El Cairo. Este desarrollo de la ciudad sólo se detuvo en los últimos años de la dominación otomana, a pesar de que otro terremoto causó serios retrocesos en 1822.

Después de la Primera Guerra Mundial, Alepo se convirtió en la principal ciudad del que por poco tiempo se iba a convertir en un Estado independiente.

Los franceses, sin embargo, arrebataron antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial la salida natural de Alepo al mar, entregándosela a Turquía en señal diplomática, para intentar evitar una guerra que finalmente no se detuvo; como consecuencia de ello, los sirios se enfurecieron, y una oleada de trágicas revueltas se extendió durante los años previos a la independencia del país.

Tras esto, los años de Alepo como ciudad comercial rica y activa quedaron en el pasado, además, las corrientes migratorias del campo a la ciudad hicieron crecer los barrios de Alepo por encima de sus posibilidades, lo que acarreó serios problemas de superpoblación y, en consecuencia, una pérdida de poder económico. A pesar de ello, Alepo, en 1975, continuaba siendo el principal centro de manufacturación siria, seguido por Damasco.

Patrimonio cultural

► La ciudadela, de la que poco se sabe antes de la ocupación hitita, (segundo milenio a.C.), aunque esta colina ya estuviera antes habitada y protegida. Hasta el siglo X no se tiene noticias concretas de los personajes que la habitaron, entre los que debe destacarse a Saif Al-Daula, que vivió en la ciudadela y dominó la ciudad en una de sus épocas de esplendor. El exterior de la ciudadela está rodeado por una muralla, compuesta por almenas intermitentes, que guardan una mezcla de ruinas de diferentes estilos y épocas.

La entrada principal supera un foso con más de 20 m de profundidad, atravesado por un puente con anchos escalones. Además, está protegida por un bloque cuadrado que es un excelente ejemplo de la arquitectura militar árabe. En su interior destacan sobre las ruinas diferentes construcciones, tales como una pequeña iglesia bizantina transformada en mezquita y cubierta mediante una cúpula; una prisión con sus celdas dentro de la roca excavada; el zócalo de un templo sirio hitita; una gran mezquita construida en 1213, con un minarete cuadrado de unos 25 m de altura; y un pequeño museo que alberga algunos fragmentos de imágenes y objetos cotidianos pertenecientes a diferentes civilizaciones.

► La Madrasa Al Halawyah, situada en el interior de la ciudadela, levantada sobre una antigua iglesia bizantina construida por orden de la emperatriz Elena, madre de Constantino I el Grande. Su transformación en escuela coránica aportó una sala de oraciones cubierta por una cúpula. En su interior guarda un mihrab tallado en madera y reconstruido en el año 1245 por Nur-Eddin. En tres de los lados que rodean el patio interior se encuentran las habitaciones de los estudiantes, y en el lado contrario a la entrada está situada la sala de las oraciones, rodeada a su vez por columnas que sujetan una cúpula.

 La Gran Mezquita Omeya, también conocida como Jami Al Kabir, situada junto a la entrada del zoco cubierto. Es la más grande de la ciudad, y su edificación se remonta a los primeros tiempos del Islam. Fue construida en el siglo VIII por el califa omeya Suleimán Ibn Abd El Malek, en el lugar que ocupaba una antigua catedral bizantina. El edificio que se puede ver en la actualidad es una reconstrucción de la época mameluca. Es importante uno de sus minaretes, que pertenece a la época selyúcida, realizado en torno al año 1090 y que muestra inscripciones arábigas antiguas.

► El Khan Al Joumrok, que data del siglo XIII. En él vivían los cónsules franceses, ingleses y holandeses, y fue el más grande de toda la ciudad. Lo más interesante del edificio es la decoración de sus ventanas, realizada mediante molduras esculpidas.

► El Khan Al Wazir, construido en el siglo XVII, está situado entre la Gran Mezquita y la ciudadela. Lo más destacable es el pórtico de su entrada, realizado en ladrillos blancos y negros, siguiendo el estilo musulmán.

► La Mezquita Al Atrousk, construida por el emir del mismo nombre en el año 1043. Cuenta con una decorada fachada y un patio que conduce a la sala abovedada de oración. También, bajo una cúpula y sobre una base cuadrada, está ubicada la tumba de Bogha al Atroush.

Hammam Yalbougha Al Nasery, uno de los baños más importantes de Siria. Los tártaros lo destrozaron cuando invadieron la región, y el príncipe Seif Al-Din al-Nasry, gobernador de Alepo en el siglo XIV, en el período mameluco, lo mandó reconstruir. Estos baños turcos fueron restaurados por el gobierno sirio en 1985, y en la actualidad son utilizados por los habitantes de la ciudad y por los turistas que quieren conocer esta costumbre árabe.

► La mezquita El Josrofije, construida en el año 1537 por orden del pachá Josrof, gobernador de Alepo, que se la encargó al famoso arquitecto turco Sinán. Es el primer monumento otomano construido en Alepo. Destaca su gran pórtico, cubierto por cinco cúpulas, y el alminar tiene el estilo característico de las mezquitas turcas.

► La Mezquita al Mahmandar, que conserva un minarete estriado, el más alto de las mezquitas de Alepo, de estilo turco. Cada lado está decorado con motivos diferentes, y la sala de oraciones se cubre mediante cúpulas.

-Museo de Tradiciones Populares, conocido también como la casa Beit Ajiqbash, que data del año 1757. En el edificio vivió la familia homónima, unos comerciantes cristianos adinerados. Su interior es un curioso ejemplo del arte mameluco con atrevimientos rococós que decoran un patio luminoso. El museo exhibe ropa, muebles, alfombras y utensilios domésticos de diversas épocas.

► Casa Beit Gazal, que en la actualidad alberga un museo. En su interior se puede ver un iwan o sala de reunión, bajo madera trabajada en diferentes tonalidades.

► La Madrasa Othmaniya, una antigua escuela mandada construir entre 1730 y 1738 por el pacha Al Duraki.

► El Janqah Al Farafra, un curioso ejemplo de monasterio musulmán de rito sufí. Fue construido en 1237, en tiempos del sultán ayubí Al Nasr Yusuf. Destacan las bóvedas de la entrada, el diwán del patio, así como el mihrab y las celdas que rodean el patio.

► La Mezquita Al Tuteh, una pequeña mezquita ayubí. En la fachada oeste se pueden observar los restos de un arco triunfal romano. El origen del edificio data del siglo VII, y se dice que fue la primera mezquita que se construyó para conmemorar la toma de Alepo. Hay una inscripción cúfica fechada en el año 1050.

► La Iglesia de San Simón Estilita, conocida también como Qal’at Sim’an (fortaleza de Simón, en idioma árabe) es una iglesia cristiana del siglo V situada cerca de Alepo, Siria. Fue erigida en honor de San Simón Estilita, uno de los santos anacoretas conocidos como los Padres del desierto. Es uno de los edificios medievales más originales y antiguos, cuyas soluciones arquitectónicas son claro precedente de algunos aspectos del arte bizantino o el Románico.

► Museo Arqueológico, situado en pleno centro de Alepo, uno de los museos más importantes del país. En su interior se exponen restos de civilizaciones milenarias encontrados en territorio sirio, y presume de una colección abanderada por las estatuas del príncipe Istup Illum y la “diosa del vaso”, de Mari (Tell Hariri). La excavación de Ugarit-Ras Shamra presenta agresivas estatuillas de bronce, y las excavaciones del Éufrates también han proporcionado piezas de gran interés, como las estatuillas de piedra negra de animales y figuritas mitológicas de Tell Halaf, así como unas estelas asirias y vasijas de barro del siglo X a.C. En el piso superior se ha reservado cierto espacio para el arte contemporáneo sirio, que suele estar representado por exposiciones temporales.

 

Si bien el patrimonio histórico de la ciudad ha sufrido duras heridas merced al conflicto que aqueja a Siria, es destacable el peso e importancia cultural de Alepo para todo el Levante en general. Testimonio de ello pueden dar los hijos de esta milenaria ciudad siria y sus descendientes que han integrado desde los inicios nuestra querida colectividad en el país, habiéndose afincado un núcleo importante de ellos en la ciudad de Rosario y alrededores, así como toda la provincia de Santa Fe. Ejemplo de ello son, las queridas familias: Jaef en Rosario ó Hamoui en Santa Fe capital, entre tantas otras.

Desde DSL hacemos votos por la recuperación pronta no solo del patrimonio cultural alepino y de la ciudad toda, sino por la recuperación del esplendor y prosperidad de toda la querida Siria en su conjunto.

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