Conmoción en el sur del Líbano por el asesinato de una madre y sus tres hijas

Los cuerpos de una madre libanesa y sus tres hijas fueron descubiertos por los servicios de seguridad libaneses en el sur del país este viernes. Las cuatro mujeres estuvieron desaparecidas durante 25 días.

Los restos de Basma Abbas y sus tres hijas, Tala (20), Rima (22) y Manal (16), fueron encontrados en un huerto entre las ciudades sureñas de Ansar y al-Zararia. Según los informes, el ciudadano libanés identificado como Hussein Fayyad, arrestado a principios de esta semana, confesó haber cometido el brutal crímen y reveló el paradero de sus cuerpos, después de que desaparecieron sin dejar rastro el 2 de marzo.

La madre y ex esposa del alcalde de Ansar, Zakaria Safawi, en conjunto con sus tres hijas fueron vistas por última vez hace 27 días en compañía del hombre de 36 años de la familia Fayyad, también de Ansar. 

El asesino admitió los crímenes durante dos días de interrogatorio por parte de los servicios de inteligencia locales y reveló la identidad de un ciudadano sirio que, según él, era cómplice del crimen. Si bien las investigaciones sobre los hechos que rodearon los asesinatos siguen en curso, han surgido detalles de la comunidad local y declaraciones de los servicios de seguridad.

Según el ejército, el sospechoso llevó a la madre y a sus tres hijas a una cueva en las afueras de Ansar, donde las mataron a tiros. "Después de que el sospechoso nos revelara la ubicación, una patrulla y un equipo forense fueron enviados de inmediato a la escena del crimen", dijo el comunicado del ejército.

"Cuando se descubrieron los cuerpos, fueron trasladados de inmediato a un hospital local para la autopsia", agregó el comunicado.

Un ambiente de gran ira y profunda tristeza prevaleció este domingo durante el funeral, en el que participaron parlamentarios del Movimiento Amal y Hezbollah, así como el mufti de la comunidad shiíta, Ahmad Kabalan.

Los residentes de Ansar y los pueblos de los alrededores se reunieron frente a la casa de las víctimas, donde colgaron sus fotos. Caminaron por las calles del pueblo cargando sus ataúdes, mientras otros vecinos entonaban himnos religiosos desde sus balcones. Según reportes, se escucharon gritos enojados de personas que exigían venganza.

“El asesino debería haber sido ejecutado en la plaza del pueblo antes del funeral”, dijo un participante, según un corresponsal de un medio local. “El presidente de la República y las autoridades deben actuar con prontitud para sancionar al asesino”, dijo.

Hasta el momento, la investigación sobre las circunstancias de la tragedia continúa en curso.