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martes, 07 de julio de 2015

9 de Julio: Reflexiones independentistas

Por Adam Husein

Se cumplen 199 años de nuestra independencia, declarada el 9 de Julio de 1816. El Diario Sirio Libanés saluda a la Patria Argentina en esta histórica efeméride y aporta algunos pensamientos. 

Un análisis de la historia argentina conlleva a un estudio profesional, profundo y documentado, motivo por el cual resulta imprescindible consultar a los maestros de la disciplina.

El profesor Felipe Pigna, autor de reconocidas publicaciones sobre la materia, y director del portal electrónico “El Historiador” , presenta desde allí sintéticos y clarificadores párrafos respecto al periodo de la Independencia (1810-1820).

“Las invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias La ocupación francesa de España por Napoleón, la captura de del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a actuar. El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra, que puso fin al período virreinal. Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevó adelante una política revolucionaria tendiente a fomentar el libre comercio y asentar las bases para una futura independencia.”

“Entre 1810 y 1820 se vive un clima de gran inestabilidad política. Se suceden varios gobiernos: Primera Junta, Junta Grande, Triunviratos y el Directorio (1814-1820), que no pueden consolidar su poder y deben hacer frente a la guerra contra España. En esta lucha se destacaron Manuel Belgrano, José de San Martín, llegado al país en 1812, y Martín Miguel de Güemes. Las campañas sanmartinianas terminaron, tras liberar a Chile, con el centro del poder español de Lima. El 9 de julio de 1816 un congreso de diputados de las Provincias Unidas proclamó la independencia y en 1819 dictó una constitución centralista que despertó el enojo de las provincias, celosas de su autonomía.”

De modo que, queda así claramente expuesta la importancia de las fechas del 25 de mayo (1810) y del 9 de julio (1816), como signatarias de un destino autónomo de lo que luego tras un largo proceso culminante en 1880, se conformara como la República Argentina.

Reflexiones independentistas

Es importante en esta fecha resaltar el valor del concepto “oficial” de independencia, que supone haberse desligado de un poder directo y colonial ejercido por una potencia hegemónica, en este caso el Imperio Español en sus postrimerías (S. XVIII / XIX), motivo de orgullo esencial y punto de partida de la construcción del ser y el sentir nacional.

Por otra parte, empero, no debe perderse de vista que el auténtico concepto de “Independencia” ha de ser entendido primeramente como la ausencia absoluta de poderes externos (políticos, militares, económicos, etc.) que marquen el destino de un país determinado, dentro del actual sistema internacional basado en la idea del “Estado-Nación”. Y aquí es donde tanto nuestra amada patria Argentina o la más grande Sudamericana o la Latinoamericana encuentran un escollo a la hora de definir su situación histórica y su posicionamiento en el concierto internacional, con miras a delinear su propio futuro.

Surgen en este punto los análisis históricos y geopolíticos más amplios que permiten vislumbrar la triste existencia de nefastos conceptos como el “centralismo”, el “imperialismo” y “el poder económico transnacional”. Todos los cuales se han hecho presentes en distintas combinaciones según los periodos pero han coincidido siempre en acosar a los países y regiones dados en llamar “periféricos” con el objeto de someterlos a un dominio y un vasallaje que no les permite crecer sanamente y delinear su futuro poniendo la prioridad, como la lógica y la sana práctica política indican, en el bienestar de sus pueblos.

Y esa constante de lucha sigue presente a la fecha y desde el nacimiento, no solo en nuestro país/región sino también en otros países/regiones del mundo. El Levante, dentro del bloque cultural del mundo árabe, presenta un cuadro similar, puesto que también está conformado de países que obtuvieron su independencia deshaciéndose de una presencia imperial, en este caso la de otros europeos, principalmente Francia y el Reino Unido.

Claro que los tiempos políticos fueron otros, y las circunstancias en cada caso también han diferido pero la disyuntiva entre la fecha nacional de la “independencia” y la aún no lograda “Independencia auténtica”, sigue siendo una constante. Basta para ello, en este caso, ver el actual acoso destructivo a que Siria, Irak y toda la región del Mashreq están siendo sometidas por los poderes internacionales.

Y el conflicto macro, es global. Porque el sistema internacional manejado por las grandes potencias, mediante la opresión, se ha reducido al punto de dejar cada vez más porcentaje del mundo afuera. Y esto gestado mediante un manejo de las presiones económicas y la difusión del terror mediático como verdaderas “armas de destrucción masiva”, muchas veces ya aceptadas y otras, (mucho peores), promocionadas, fomentadas y aplaudidas, por sus agentes locales y los idiotas útiles presentes en cada uno de los países del universo “periférico”.

En este marco, observamos por estos días entre otros tantos ejemplos, el resonado caso de Grecia, que lucha por retomar las riendas de su destino frente a un largo proceso de opresión de la troika (CE-BCE-FMI); o España y Portugal que siguen combatiendo su condición de vagones traseros del tren comunitario europeo dirigido por el eje Berlín-París.

A su vez, también se está queriendo arriar al mundo hacia una nueva versión de “guerra fría”, mientras las nocivas redes de tráfico humano, narco y de armas siguen siendo sostenidas y fomentadas, tras las sombras, por los poderes económicos concentrados internacionales, en sólido maridaje con las potencias centrales que se rasgan las vestiduras, desde la palestra del doble rasero legal internacional, y desde una asumida posición de hijos predilectos de esta Tierra, declarando a viva voz su responsabilidad, amor y esmero por favorecer el “desarrollo” del resto.

Pero aún tras todo lo antedicho, desde esta Redacción no dejamos de celebrar la independencia nacional y recordar a nuestros patriotas primigenios, ya que somos firmes sostenedores de la valoración de la Historia como base de la conformación del destino de los pueblos, pero lo hacemos reflexionando sobre la tan necesaria y demorada, “Independencia auténtica”, porque no nos permitimos olvidar que mientras tanto, la opresión continúa en todos los frentes, y el capital transnacional sigue facturando en los paraísos fiscales. 

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