En un pronunciamiento inédito, dos destacadas organizaciones de derechos humanos israelíes denunciaron públicamente que el régimen de ocupación está cometiendo un genocidio deliberado contra la población palestina en la Franja de Gaza.
La aprobación del proyecto de ley israelí para anexar Cisjordania provocó una inmediata y contundente reacción de países árabes e islámicos, que denunciaron la ilegalidad de la medida y su impacto devastador sobre la causa palestina.
El bloqueo impuesto por Israel sobre Gaza provocó la muerte de más de un centenar de personas por hambre, mientras miles de camiones con alimentos y medicinas siguen detenidos en las fronteras por decisión política.
El ataque al templo católico donde el papa Francisco mantenía contacto diario con la comunidad cristiana local deja en evidencia la brutalidad del régimen sionista, que suma a su historial de crímenes otro episodio de barbarie contra civiles y espacios sagrados.
El genocidio en Gaza adquiere nuevas formas de crueldad cotidiana: esta vez, niños palestinos fueron alcanzados por un misil israelí mientras esperaban agua. El horror ya no se oculta, y la ocupación responde con tecnicismos mientras extermina a los más vulnerables.
Mientras se agrava la tragedia humanitaria en Gaza, la comunidad internacional denuncia un perverso sistema de distribución de ayuda alimentaria que convierte la necesidad en una sentencia de muerte, bajo la tutela militar del régimen de ocupación israelí.
En medio de la agresión genocida israelí y el colapso humanitario, la ONU alerta que cientos de miles de palestinos fueron forzados a desplazarse nuevamente, mientras el 82% del territorio de Gaza queda bajo órdenes de evacuación o control militar.
El testimonio de un cirujano estadounidense ante el Consejo de Seguridad expuso la magnitud del exterminio planificado que ejecuta el régimen de ocupación israelí contra la población palestina, mientras la comunidad internacional se limita a expresiones vacías de solidaridad.
El aumento de los ataques del régimen de ocupación israelí en el norte de Gaza ha intensificado la masacre contra la población civil, evidenciando una vez más la total impunidad internacional de sus crímenes. Las víctimas, muchas de ellas niños y familias enteras, sucumben bajo el fuego de una brutal ofensiva genocida.
La declaración del primer ministro israelí sobre la intención de ocupar completamente la Franja de Gaza profundiza la estrategia de expansión y guerra total del régimen sionista y plantea una nueva fase de destrucción sistemática del territorio palestino, con el aval tácito de las potencias occidentales y en abierta violación del derecho internacional.
El 15 de mayo se conmemoran 77 años de la Nakba, la catástrofe de 1948 que marcó el inicio de la limpieza étnica sistemática contra el pueblo palestino. Este hito no solo representa una tragedia histórica, sino que permanece como una herida abierta que se profundiza día a día bajo la ocupación israelí, el desplazamiento forzado, las masacres continuas y la impunidad internacional.
El régimen de Tel Aviv continúa masacrando civiles palestinos y destruyendo infraestructura en Gaza, mientras los llamados internacionales se quedan en declaraciones vacías sin frenar la catástrofe humanitaria.
En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, nuevas cifras confirman el carácter sistemático de los ataques perpetrados por el régimen israelí contra la prensa palestina desde octubre de 2023.
Más de 40.000 palestinos han sido desplazados por la fuerza de los campos de Jenin, Tulkarm y Nur Shams en una ofensiva sistemática que no tiene relación con Gaza ni con Hamás. La ocupación avanza con impunidad, buscando borrar la existencia de los refugiados en Cisjordania.
El régimen de ocupación bloquea el ingreso de equipos de ADN y deja a cientos de familias palestinas sin poder identificar ni enterrar a sus seres queridos. En Al-Shifa, más de 450 cuerpos se descomponen sin nombre.
Tras más de un siglo desde la caída del Imperio Otomano, posteriores décadas de imperialismo franco-británico y la permanente injerencia del Occidente colectivo sobre el destino de los estados nacionales formados en su territorio, la milenaria Nación Siria sigue luchando hoy por la auténtica independencia.
