UE anuncia plan para recibir 50.000 refugiados

La Unión Europea anunció el miércoles un nuevo plan para recibir 50.000 refugiados en los próximos dos años en un intento de frenar la inmigración ilegal, con la apertura de sus puertas especialmente a migrantes de Libia, Egipto, Níger, Sudán, Chad, Etiopía y Turquía, y concederá a cada país 10.000 euros (11.740 dólares) del presupuesto europeo por cada persona que reciba.

Libia es el primer lugar adonde muchos migrantes llegan arriesgando sus vidas para cruzar el Mar Mediterráneo en busca de un futuro mejor en Europa. Egipto, Sudán, Chad y Níger –uno de los principales países de transición para migrantes en África- colindan con Libia.

La mayoría de los migrantes que cruzan el Mediterráneo probablemente son inaptos para asilo en Europa, pero la UE quiere asegurarse de que refugiados genuinos no tienen que poner sus vidas en riesgo al cruzar el mar peligrosamente.

Este programa se presenta cuando la UE no alcanzó el 20% de los 160.000 refugiados que se comprometieron a recibir hace dos años. Además, los servicios comunitarios desde el inicio de la crisis migratoria piden por la agilización de las deportaciones a través de una mejor colaboración con los países de origen o tránsito de los inmigrantes.

“Europa tiene que demostrar que está lista para compartir la responsabilidad con terceros países, especialmente en África. Gente que tiene una necesidad genuina de protección no debería arriesgar sus vidas o depender de contrabandistas”, dijo el comisionado de migración de la UE Dimitris Avramopoulos.

Cada país europeo es responsable individualmente por decidir la cantidad de refugiados, así que Bruselas no los puede obligar legalmente a aceptar más gente. La Comisión también quiere establecer proyectos pilotos para ayudar a crear más vías legales para ciudadanos de países que están cooperando con la UE para ir a Europa.

La decisión es parte de los esfuerzos de la UE para abordar la problemática de cientos de miles de refugiados y migrantes no autorizados que han tratado de ingresar a Europa en los últimos años, socavando la solidaridad europea mientras algunos países discutían sobre cómo tratar el problema.