Israel paga millones para manipular a la Generación Z en redes y en inteligencia artificial
La estrategia comunicacional de Israel avanza hacia un terreno aún más oscuro: el adoctrinamiento digital masivo. Millones de dólares están siendo invertidos para controlar narrativas, moldear algoritmos y orientar la opinión pública occidental, en especial de las nuevas generaciones, con el objetivo de encubrir los crímenes del régimen de ocupación y sostener un respaldo político cada vez más erosionado.
Documentos revelados por el medio Responsible Statecraft exponen que el gobierno israelí firmó un contrato por seis millones de dólares con la firma estadounidense Clock Tower X LLC, vinculada al conservadurismo republicano, para dirigir una ofensiva propagandística en múltiples plataformas digitales.
El acuerdo contempla que al menos el 80 % del contenido producido apunte directamente a la juventud de la llamada Generación Z —los nacidos entre mediados de la década de 1990 y principios de 2010, caracterizados por su consumo intensivo de contenidos en línea—, a través de TikTok, Instagram, YouTube, podcasts y otras redes de gran alcance, con la meta de alcanzar no menos de 50 millones de impresiones mensuales.
El contrato describe la tarea como “comunicaciones estratégicas, planificación y servicios de medios”, en respaldo a una campaña nacional en Estados Unidos “para combatir el antisemitismo”. Sin embargo, el alcance real va mucho más allá: Clock Tower desarrollará sitios web y contenidos específicamente diseñados para influir en las interacciones de inteligencia artificial y “entrenar” sistemas como ChatGPT con narrativas pro-israelíes. El acuerdo también integra la difusión en los medios de Salem Media Network, una red conservadora cristiana en Estados Unidos, asegurando que los mensajes alineados con el sionismo lleguen a millones de hogares estadounidenses.
El proyecto cuenta con la participación del ex jefe de campaña de Donald Trump, Brad Parscale, quien recibirá seis millones de dólares en apenas cuatro meses por su papel en la operación. Paralelamente, otros movimientos refuerzan esta ofensiva comunicacional: TikTok incorporó a Erica Mendel, ex instructora del ejército israelí y contratista del Departamento de Estado estadounidense, para supervisar la política de incitación al odio en la plataforma, mientras que Google ejecuta un contrato publicitario de 45 millones de dólares con la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu para negar la hambruna en Gaza mediante campañas de hasbara en YouTube y su red Display & Video 360.
Estos contratos, revelados a través de la oficina estatal de publicidad israelí Lapam, evidencian una maquinaria coordinada entre el aparato gubernamental israelí, empresas tecnológicas y redes mediáticas occidentales para manipular percepciones públicas, particularmente en un momento en que las encuestas muestran un declive histórico del apoyo a Israel en Estados Unidos.
Un sondeo del New York Times y la Universidad de Siena reveló que, por primera vez, más encuestados respaldan a los palestinos (35 %) que a Israel (34 %), mientras que otro estudio de la Universidad de Quinnipiac indicó que sólo el 47 % de los ciudadanos considera que apoyar a Israel beneficia los intereses de Washington, y que casi la mitad de la población estadounidense tiene una opinión negativa de Netanyahu.
El viraje de la opinión pública, especialmente entre los jóvenes, refleja la fractura entre las narrativas oficiales impulsadas con ingentes recursos financieros y la realidad transmitida por las imágenes y testimonios desde Gaza y Cisjordania. Así es como Israel intenta, a través de la manipulación digital y la complicidad mediática, sostener un relato en crisis frente a la evidencia de sus crímenes.
El apoyo de los votantes estadounidenses a Israel cae a un mínimo histórico
Una encuesta del New York Times y la Universidad de Siena confirmó que el apoyo popular a Israel en Estados Unidos ha caído a mínimos históricos. El sondeo, realizado entre el 22 y el 27 de septiembre a 1.313 votantes registrados, encontró una amplia oposición a nuevos paquetes de ayuda económica o militar a Tel Aviv. Seis de cada diez encuestados afirmaron que Israel debe poner fin a su ofensiva incluso si no logra eliminar a Hamas o liberar a todos los rehenes.
Los resultados reflejan un cambio radical de percepción respecto a años anteriores. El 40% de los votantes aseguró que Israel atacó deliberadamente a la población civil, casi el doble de los que lo reconocían en 2023. Por primera vez desde 1998, la encuesta muestra que los palestinos cuentan con más simpatía (35 %) que los israelíes (34 %), mientras que un 31 % se declaró indeciso o equidistante. Este vuelco se debe, en gran medida, al cambio de posición en las bases demócratas, donde una mayoría respalda ahora a Palestina y exige el cese inmediato de la ofensiva israelí.
Otras encuestas recientes confirman esta tendencia. Un estudio de la Universidad de Quinnipiac mostró que solo el 47 % de los ciudadanos cree que apoyar a Israel beneficia a los intereses estadounidenses, frente al 69 % de finales de 2023. Casi la mitad de los votantes expresaron una opinión negativa sobre Benjamín Netanyahu, mientras que la mayoría desaprueba la conducción de la guerra en Gaza por parte del expresidente Donald Trump. Paralelamente, una encuesta de Gallup reportó que apenas el 32 % del público apoya la campaña militar israelí, mientras el 60 % la rechaza.
Así, mientras Israel invierte millones en campañas digitales de hasbara para manipular conciencias, la realidad de las masacres y el hambre en Gaza perfora el cerco informativo. La caída del respaldo social en Estados Unidos marca un quiebre histórico en la relación con Tel Aviv y abre el camino a un nuevo escenario político donde la solidaridad con Palestina emerge como expresión de justicia y soberanía frente al poder del imperialismo y el sionismo.
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