Histórico: la ONU acusa por primera vez a Israel de genocidio en Gaza

La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los Territorios Palestinos Ocupados de la ONU concluyó que Israel ha estado perpetrando genocidio contra el pueblo palestino en Gaza desde el 7 de octubre de 2023. El informe, que se erige como el testimonio más contundente en los registros de la ONU, detalla que Israel ejecutó cuatro de los cinco actos que tipifican el crimen de genocidio, en una acusación que difícilmente pueda ser ignorada por la comunidad internacional.

El documento describe con minuciosidad matanzas sistemáticas de civiles en hogares, hospitales y escuelas; la imposición de condiciones de vida destructivas a través del bloqueo de agua, alimentos, electricidad y medicinas; el uso de la hambruna como arma de guerra; y la prohibición de nacimientos mediante la destrucción de la clínica de fertilidad más importante de Gaza. Además, denuncia violaciones, torturas y agresiones sexuales empleadas como instrumentos de castigo colectivo, así como la aniquilación deliberada del sistema sanitario.

La Comisión sostiene que el 83% de las víctimas asesinadas de forma intencional eran civiles, revelando la magnitud del exterminio planificado. También se documentaron ataques dirigidos contra niños y niñas en refugios y centros de distribución de alimentos, con el fin de quebrar la continuidad biológica del pueblo palestino. A la devastación material se suma la demolición de mezquitas, iglesias, escuelas y sitios culturales, en una ofensiva orientada a erradicar la identidad palestina.

La declaración de Naciones Unidas coloca a los Estados frente a una obligación ineludible: cumplir la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. “Todos los Estados están obligados a emplear todos los medios a su alcance para prevenir y castigar el genocidio”, señala el informe, cerrando la puerta a la ambigüedad y al encubrimiento. La palabra genocidio, ahora reconocida oficialmente, exige acción inmediata.

El eco de este pronunciamiento puede marcar el inicio de una era distinta: o el sistema multilateral se reafirma aplicando sanciones, embargos de armas y juicios internacionales, o se derrumba definitivamente bajo el peso de su propia hipocresía.