Declaración de la Cátedra Edward Said

La Catedra Libre de Estudios Palestinos Edward Said vivencia con extremo desasosiego los acontecimientos en desarrollo en el Estado de Israel y en los Territorios Palestinos Ocupados.

Los sucesos que actualmente conmocionan al mundo, no deben comprenderse en forma descontextualizada ni desatendiendo los instrumentos del Derecho Internacional elaborados para el abordaje y resolución de la Cuestión de Palestina.

Resulta descorazonador saber que desde el año 1948 el pueblo palestino ha padecido el despojo, la expulsión masiva, la limpieza étnica y violencia cotidiana por parte del Estado de Israel, en un proceso histórico marcado por las continuas violaciones al Derecho Internacional y por el incumplimiento de las Resoluciones de Naciones Unidas orientadas a restituir algún sentido de justicia al pueblo oprimido.

Desde el año 1967, tres generaciones de palestinos se han encontrado sometidas al régimen de ocupación implementado por el Estado de Israel en la Franja de Gaza y en Cisjordania, Jerusalén Oriental incluida. En esa geografía, que representa el 22 % del territorio de la Palestina histórica, la situación de los Derechos Humanos se deteriora constantemente debido a las graves violaciones por parte de la Potencia Ocupante y su régimen de apartheid.

¿Qué vida se vive? Restricciones a la circulación de la población dentro y fuera de la  Palestina ocupada por medio del bloqueo y el Muro de Separación; represión de la participación política y cívica; expropiación de tierras y bienes; traslados forzosos de personas y comunidades; ejecuciones sumarias y asesinatos selectivos; arrestos y privaciones ilegítimas de la libertad, incluso de niños y adolescentes; expoliación de recursos naturales; fomento de la violencia de grupos para-estatales de colonos, entre otras muchas prácticas deshumanizadoras que afectan los derechos básicos del pueblo palestino.

Palestina también sufre el asentamiento ilegal de 150 colonias establecidas en la Ribera Occidental desde 1967 y 128 “asentamientos de avanzada” (erigidos sin autorización oficial israelí).

Los ojos del mundo se han acostumbrado a estos atropellos, incluidas las situaciones de extrema violencia que los colonos propician en Cisjordania y las cíclicas campañas militares que devastan y mutilan miles de vidas humanas en la Franja de Gaza.

Las Naciones Unidas, tanto en su Relatoría Especial de Derechos Humanos para los Territorios Palestinos Ocupados como a través del Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino caracterizaron como crimen de apartheid las políticas y prácticas discriminatorias del Estado de Israel hacia el pueblo palestino. En el mismo sentido se han pronunciado las organizaciones Amnesty International y Human Rights Watch. La sociedad civil tanto de Palestina como de Israel ha roto el silencio imperante a través de organizaciones de DDHH como Addameer y B'Tselem.

Sostenemos que el derecho a la libre determinación de los pueblos, sustento ideológico de los procesos de descolonización desplegado en el mundo a partir de la segunda posguerra, constituye el enfoque necesario al momento de abordar el reclamo del pueblo palestino tras décadas de ocupación y segregación. Un Estado Soberano en todo el territorio palestino ocupado, constituye un requisito mínimo de justicia.

Justicia e igualdad son los pilares fundamentales para la convivencia democrática. Las políticas coloniales que se ejercen sistemáticamente sobre Palestina dañan a la comunidad humana toda: la resistencia del pueblo palestino es consecuencia directa del trato inhumano recibido durante décadas.

El Estado de Israel debe cumplir con el Derecho Internacional, finalizar la ocupación del territorio palestino y reparar los actos ilícitos que se suceden sistemáticamente.

De este lado del mundo debemos desalentar dogmas y exclusivismos que sabemos, sólo ocasionan sufrimiento.

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 9 de Octubre de 2023.