Entrevista exclusiva de Antonio Requeni a Gladys Abilar en el CSLBA

-¿Cuándo y cómo se despertó tu vocación literaria?

Lamentablemente no puedo decir que mi vocación se haya despertado a muy temprana edad, como lo hubiese querido. Pero después entendí que las cosas suceden cuando tienen que suceder. Llegó cuando estaba ejerciendo en otra disciplina. Poco a poco empezó a aparecer esto, no sé bien cómo. Iba anotando frases, palabras y luego las unía. Apareció en un momento en que yo necesitaba rellenar algún vacío y, sin dudas, terminó de completarme.

-Has escrito cuentos, novelas, aforismos… ¿Cuál es el registro en el que te sentís más cómoda?

Todos los géneros me atraen y todos me hacen feliz.

-La poesía trasmite emoción, conocimiento, revelación… ¿Qué es para vos la poesía?

Se ha intentado cientos de veces definir la poesía pero no sé si una definición le hace justicia. Pero para mí la poesía es la máxima expresión de la belleza puesta en palabras, también puedo decir que la poesía es el idioma del alma o que el territorio de la poesía es la libertad, un lugar donde la belleza no tiene límites. La belleza está en la oscuridad como en la luz, en la vida como en la muerte, y eso es lo más maravilloso que yo veo en la poesía.

-¿Cuál es el disparador de tu escritura?

Soy una mujer absolutamente permeable a los gestos de la vida; leo y veo gestos a mí alrededor y todo eso me estimula para escribir. Todos los elementos de la naturaleza y del mundo sugieren una idea, una historia y si una persona es sensible como lo soy yo no puede permanecer impasible ante esos llamados de la vida.

-¿Y cuál ha sido el disparador de este nuevo libro?

No sé si me plantee realmente escribir un libro de poesía, pero como dije anteriormente, las cosas vienen solas y en el momento justo. Luego, cuando vi que podía ser un proyecto me involucre, me dedique y hoy puedo decir que me gustó mucho.

-¿Qué papel ha jugado La Rioja, tu patria chica, en tu poesía?

Evidentemente influyó en mi poesía, pero aún más ha influido en mi narrativa. Yo llevo grabado en mi retina, en mi olfato, en mi tacto, la silueta de los cerros, la desobediencia romántica de los caminos, los cardones. La Rioja está muy presente en mi literatura.

-¿Crees que hay una poesía femenina y una masculina como suele decirse?

Es una discusión bastante frecuente pero la realidad es que no lo creo. Hay mujeres que escriben poesía y hombres que escriben poesía. La poesía resplandece en la eternidad, no puede dividirse por  sexo o ideología.

-¿Cuál es el sentido del título “Mirada Invicta”?

El título de un libro para mí siempre ha sido un tema escabroso. Con todos mis libros me pasó lo mismo. En este anote cantidades, releí mil veces y finalmente hubo una palabra que me atrapó; me detuve en la mirada, porque me parece que la mirada define al ser humano. La mirada es un reflejo del alma, se puede mentir con la palabra pero no así con la mirada. Entonces me pareció lo más fidedigno. A partir de ahí, comencé a buscar un adjetivo para completar el título y encontré uno que me gustó, porque yo buscaba una mirada que permaneciera altiva, sin fisuras, sin derrotas, y encontré la palabra “invicta” que creo que me cerró la historia.

-Has recibido muchos premios, entre ellos la Faja de Honor de la SADE. ¿Qué opinas de los mismos, te a halagan, te sirven para seguir escribiendo o no?

Los premios son un tema. A veces son creíbles, a veces no. Yo me siento muy tranquila porque todos mis premios vinieron por peso propio, sin acomodos. Sin dudas, me hacen sentir feliz porque me estimulan y hacen sentir que lo que uno escribe deja una huella o tiene un sonido y una permanencia. Me sirven como estímulo, es una caricia al ego.

-¿Qué pensas de la indiferencia generalizada del público hacia la poesía?

Creo que tiene que ver con el momento en que vivimos. Se vive en el medio de un tumulto, de ruido, hay un atropello para vivir y la gente está siempre saturada de información, no se detiene a pensar un gesto de abstracción y creo que eso es lo que va relegando a la poesía. La poesía requiere de un momento de silencio y de abstracción que es, sin dudas, su territorio. Pero hoy en día todo el mundo está pegado a la tecnología, inmerso en su propio mundo y eso nos va alejando.

-¿Qué le dirías a aquellos que son ajenos a la poesía para que se acercaran a ella?

Creo que invitaría a esa persona a que se tome un pequeño recreo, la invitaría a sentarse debajo de un árbol para recuperar ese momento de silencio y de abstracción y le leería un poema, y es muy probable que así descubra un mundo nuevo.

-Para terminar, ¿qué es lo que estas escribiendo actualmente?

De momento estoy con textos cortos y preparando algunas historias autóctonas de La Rioja para el diario La Nación.