Gaza: Informe israelí clasificado revela que el 83% de las víctimas eran civiles
El reporte filtrado de las fuerzas israelíes expone que la devastación en la Franja se ha concentrado en la población civil, con una tasa de muertes inédita en guerras modernas, pese a los intentos israelíes de encubrir la magnitud de la masacre a través de sus voceros oficiales.
Según publicó el periódico británico The Guardian en base a un informe clasificado del ejército israelí, hasta mayo de 2025 se habían registrado unas 53 mil muertes en Gaza, de las cuales apenas 8.900 correspondían a combatientes de la Resistencia palestina. El resto, más del 80%, eran civiles. La cifra supera con creces los parámetros de la guerra convencional y pone en entredicho la narrativa sostenida por el régimen de ocupación israelí, que insiste en haber atacado principalmente lo que rotula como “objetivos terroristas”.
Producto de una investigación periodística conjunta en sociedad con los medios +972 Magazine y Local Call, los documentos hallados contradicen abiertamente las declaraciones de dirigentes y portavoces israelíes que aseguraban que la relación entre civiles y combatientes muertos podía ser de uno a uno. Algunos ministros incluso inflaron las cifras de supuestos “militantes abatidos” a más de 20 mil, más del doble de lo reconocido en los propios archivos militares.
Exterminio deliberado
Expertos internacionales advierten que se trata de un patrón de exterminio deliberado. Therése Pettersson, investigadora del Programa de Datos de Conflictos de la Universidad de Uppsala, afirmó que “esa proporción de civiles entre los muertos sería inusualmente alta, particularmente porque se ha mantenido durante un periodo tan prolongado”. Solo tres episodios recientes superan ese porcentaje: el genocidio de Ruanda, la masacre de Srebrenica en Bosnia y el asedio ruso de Mariúpol.
A pesar de la contundencia de los hallazgos, el ejército israelí respondió desestimando la publicación y calificando las cifras de “incorrectas”, aunque sin presentar evidencias ni estadísticas propias que respalden su desmentida. Al mismo tiempo, el Ministerio de Salud de Gaza asegura que el número de víctimas ya supera las 60 mil, con miles de mujeres y niños entre los muertos, mientras las ofensivas continúan golpeando hospitales, escuelas y campos de desplazados.
Diversos organismos de derechos humanos han señalado que Israel ha intensificado los ataques contra infraestructuras civiles críticas, como centros de distribución de alimentos y refugios administrados por Naciones Unidas. Desde que el ejército israelí asumió el control de la entrega de ayuda humanitaria, la tasa de muertes civiles habría aumentado aún más, según advierte el propio informe.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó nuevamente su “profunda alarma” ante la desproporción de las víctimas y exigió respeto a las normas internacionales, recordando que “la protección de los civiles no es una opción, es una obligación”. Sin embargo, la parálisis del Consejo de Seguridad y los vetos sistemáticos de Estados Unidos a resoluciones condenatorias perpetúan la impunidad internacional que ampara los crímenes del régimen de ocupación.
La filtración de este informe clasificado constituye un nuevo golpe a la ya escasa credibilidad de la propaganda israelí y confirma lo que los actores árabes e internacionales, así como un sinnúmero de analistas denuncian desde el inicio de la criminal agresión en 2023: que Gaza ha sido escenario de una política de tierra arrasada que apunta contra la sociedad en su conjunto, bajo una agenda de limpieza étnica, que prepara el terreno para más ocupación y absorción de territorios palestinos por parte del expansionista régimen ocupante israelí.
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