Beirut se prepara para recibir al papa León XIV en una histórica celebración

El gobierno libanés y la comisión oficial de la visita papal detallaron en Baabda la organización de la gran misa que el papa León XIV celebrará el próximo martes 2 de diciembre a las 10.30 en pleno centro de Beirut. 

La inscripción gratuita se realiza mediante el sitio popeinlebanon.com , que genera un código QR indispensable para el ingreso. Según explicó el vocero Chadi Fayad, más de 120.000 personas ya se anotaron, y se solicita a los fieles presentarse entre las 5 y las 8.30 para ser trasladados en ómnibus hasta sus zonas asignadas. Se instalarán carpas de hidratación, puestos de atención médica, espacios de objetos perdidos, servicios sanitarios y catorce pantallas gigantes para garantizar visibilidad y asistencia durante toda la jornada. El Papa llegará a las 10, recorriendo parte del perímetro en vehículo antes del comienzo de la celebración.

El operativo implica el cierre progresivo del frente marítimo y de sectores estratégicos del centro capitalino. Desde la noche anterior a las 20, el acceso peatonal y vehicular quedará vedado, y a partir de la medianoche deberán cerrar comercios y restaurantes en zonas como la entrada del puerto, Saifi, Bab Idriss y la calle Fakhreddine. A las 4 de la madrugada del 2 de diciembre, la restricción se ampliará a áreas clave como Gemmayze, Bourj el-Ghazal, el puente del Ring, la Torre Murr, el Holiday Inn y la mezquita Abdel Nasser, configurando un perímetro totalmente controlado por las Fuerzas de Seguridad Interna.

En paralelo, Annaya se prepara para recibir al pontífice el 1° de diciembre en el monasterio de San Marón, donde reposa San Charbel. Allí, miles de peregrinos de todas las confesiones se congregan a diario, como Charbel Matar, de 69 años, quien afirma que el santo le salvó la vida cuando era niño. Las autoridades dispusieron estacionamientos alejados del convento y restricciones para autos particulares. 

El vice-rector Tannous Nehme estimó que el monasterio recibe alrededor de tres millones de visitantes al año: “No vienen sólo cristianos; llegan musulmanes, gente no religiosa y peregrinos de África, Europa y Rusia”. El camino al monasterio está siendo repavimentado y los trabajos de restauración en la tumba del santo se intensificaron ante la inminente visita.

La devoción por San Charbel, canonizado en 1977, es transversal en el país: su imagen aparece en hogares, autos y comercios, y miles de testimonios registran curaciones atribuidas a su intercesión, entre ellas la de Nohad al-Shami, ampliamente difundida desde 1993.

El programa papal seguirá con una visita a Bkerké, para la cual se habilitaron puntos de reunión como el monasterio de Bzommar, el Casino du Liban y el estadio Fouad Chehab, según origen de fieles e invitados. Además, el Papa realizará una oración silenciosa en el puerto de Beirut, donde la explosión de 2020 dejó más de 220 muertos y miles de heridos sin que la justicia haya avanzado, un símbolo del deterioro institucional y la impunidad internacional que aún atraviesan al país.

La llegada de León XIV, la primera desde que asumió, incluirá reuniones con las autoridades libanesas, entre ellas el presidente Joseph Aoun. Para muchos libaneses, como Claude Issa, madre de tres hijos, la visita “trae bendiciones y un poco de optimismo”. 

Tras años de colapso económico, devastación social y agresiones del régimen de ocupación israelí que continúa con ataques pese a la tregua de 2024, la presencia del pontífice es vista como un gesto que puede reanimar el ánimo colectivo y renovar la esperanza de una reconstrucción que, más allá de la fe, sigue siendo una necesidad esencial para la soberanía y la dignidad del pueblo libanés.