Esta semana, las Naciones Unidas celebraron el Día Mundial del Agua, un día para recordar a los mil millones de personas que no pueden satisfacer sus necesidades de agua segura y limpia debido a la sequía, la pobreza y negligencia oficial.
Pero también es un día para recordar a los 2,1 millones de palestinos, y luchar por ellos, que sufren algo diferente, una escasez del agua creada deliberadamente y mantenida por la ocupación militar de Israel y la compañía privada israelí del agua Mekorot.
El aumento de la presión internacional trae esperanzas de que la tendencia se esté poniendo de parte de los palestinos que buscan la justicia hídrica en Cisjordania y Gaza, en particular recientes decisiones de inversión y cooperación contra Mekorot, que dirige la política hídrica discriminatoria de Israel en Cisjordania.