ONU asegura que Israel usa el hambre como arma en Gaza
Mientras se agrava la tragedia humanitaria en Gaza, la comunidad internacional denuncia un perverso sistema de distribución de ayuda alimentaria que convierte la necesidad en una sentencia de muerte, bajo la tutela militar del régimen de ocupación israelí.
La oficina de derechos humanos de la ONU y la UNRWA denunciaron que el modelo de distribución de alimentos implementado por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldada por Estados Unidos e Israel, se ha transformado en un dispositivo de exterminio masivo, con más de 410 palestinos asesinados mientras intentaban acceder a raciones básicas. Según informes médicos y de medios locales, tanques y drones israelíes abrieron fuego el 24 de junio contra una multitud en la calle Salah al-Din, matando al menos 50 personas y dejando 146 heridos en un punto de entrega de ayuda.
El vocero de derechos humanos de la ONU, Thameen al-Kheetan, declaró que “la militarización de alimentos para civiles […] constituye un crimen de guerra” y podría incluir “elementos de otros crímenes bajo el derecho internacional”. En Berlín, el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, describió el sistema como “una abominación que humilla y degrada a personas desesperadas”, denunciando que se trata de “una trampa mortal que cuesta más vidas de las que salva”.
El Ministerio de Salud de Gaza cifró en 516 los palestinos asesinados mientras buscaban alimentos —a quienes define como “mártires de los medios de subsistencia”— y más de 3.799 heridos. Los ataques no se limitan a un solo lugar: Rafah, Netzarim y otras zonas militarizadas bajo custodia israelí han sido escenario de nuevas matanzas en los puntos de distribución.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos y diversas organizaciones como Médicos Sin Fronteras han calificado esta situación de “masacre sistemática” y exigen el cese inmediato de la militarización de los corredores humanitarios. El sistema en cuestión, impulsado por Washington con financiamiento inicial de 30 millones de dólares, excluye a organizaciones neutrales y está controlado por fuerzas armadas israelíes, lo que genera acusaciones de manipulación política y violación del Principio de Neutralidad Humanitaria.
Desde su implementación en febrero de 2025, y en el marco de la acción erosiva israelí-estadounidense, sobre el sistema de ayuda internacional a la población en Gaza, GHF ha puesto en marcha solo 4 centros de asistencia (bajo control militar israelí) reemplazado mas de 400 instalaciones de UNRWA preexistentes y activas durante años en toda la Franja de Gaza.
En paralelo a este modelo de distribución forzado, Israel intensifica su ofensiva militar regional, perpetuando el cerco a Gaza y consolidando una arquitectura de ocupación que socava toda posibilidad de soberanía palestina. La continuidad de estas acciones, bajo la cobertura del discurso de “ayuda humanitaria”, revela una estrategia deliberada de castigo colectivo.
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