Tensión en el Líbano
El Ejército libanés reforzó hoy su despliegue en la norteña región de la Beqaa, en respuesta a numerosas presiones políticas y ciudadanas para contener conflictos sectarios entre residentes de las localidades de Labweh y Arsal. Cientos de efectivos de las Fuerzas Armadas de El Líbano comenzaron a movilizarse desde el martes en la noche hacia los mencionados poblados fronterizos con Siria, y esta mañana se incrementó la concentración para intentar aplacar controversias entre musulmanes sunnitas y chiitas.
El Ejército libanés reforzó hoy su despliegue en la norteña región de la Beqaa, en respuesta a numerosas presiones políticas y ciudadanas para contener conflictos sectarios entre residentes de las localidades de Labweh y Arsal. Cientos de efectivos de las Fuerzas Armadas de El Líbano comenzaron a movilizarse desde el martes en la noche hacia los mencionados poblados fronterizos con Siria, y esta mañana se incrementó la concentración para intentar aplacar controversias entre musulmanes sunnitas y chiitas.
La decisión, anunciada en un comunicado de la institución castrense, precisó que el despliegue será "especialmente" dentro y en los alrededores de Arsal, poblada por sunnitas y boqueada por chiitas residentes de Labweh.
El pronunciamiento del Ejército siguió a las masivas protestas de sunnitas en diversas regiones de El Líbano, incluida esta capital, con la obstrucción de la circulación en calzadas y carreteras estratégicas para solidarizarse con los vecinos de Arsal, que denunciaron un asedio por parte de los chiitas. Los pobladores de Labweh decidieron cerrar la principal autopista del valle de la Beqaa para protegerse de atentados terroristas, disparos de cohetes y otras agresiones por parte de grupos opositores sirios que han cruzado la frontera huyendo de la ofensiva de las tropas de Damasco.
A su vez, los habitantes de Arsal pidieron la presencia de uniformados gubernamentales y condenaron "en los más fuertes términos" el atentado terrorista con bomba en la vecina localidad de Nabi Uthman y los cohetes lanzados contra otras aldeas chiitas, "vengan de donde vengan".
Mientras los residentes abogaron por la contención y la coexistencia armoniosa entre ambas confesiones musulmanas en la Beqaa oriental y todo el país, el ministro de Industria, Hussein Hajj Hassan, afirmó que debido a los incidentes recientes la concentración de soldados es una "demanda nacional".
Mientras tanto, sigue la tensión en la norteña ciudad de Tripoli entre Alawaitas partidarios del gobierno sirio y sunnitas que apoyan a la oposición. Los enfrentamientos entre ambos ya llevan más de dos años y han causado la muerte de más de 30 personas.
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