La Sociedad Sirio Libanesa de Tucumán celebró 100 años con tres actos centrales
La comunidad sirio-libanesa tucumana celebró un siglo de trabajo institucional con una serie de actos que combinaron celebración, identidad y reivindicación histórica. El centenario puso en primer plano la historia construida por los inmigrantes y sus descendientes, y el rol que la institución sigue teniendo en la vida social y cultural de la provincia.
La Sociedad Sirio Libanesa de Tucumán celebró sus 100 años con tres actividades centrales que se extendieron durante tres días: una cena oficial, una entrega floral en la Casa Histórica y una misa de acción de gracias.
La cena del viernes, realizada en el salón principal de la institución, reunió a autoridades locales, representantes de entidades siriolibanesas hermanas de Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Juan Bautista Alberdi, Monteros, Salta, Jujuy y Catamarca, además de dirigentes históricos de la entidad tucumana. El encuentro estuvo encabezado por el presidente de la institución, Elías Kabad, y el vicepresidente Raúl Elías Nadra, arquitecto, hijo y nieto de fundadores, lo que otorgó al acto un marcado tono generacional y de continuidad familiar.
La jornada inició con el recibimiento formal y las fotografías protocolares, tras lo cual se procedió al descubrimiento de placas conmemorativas, cuyas bendiciones estuvieron a cargo de Monseñor Santiago El Khoury, Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Argentina. También participó el Padre Juan Manuel Alurralde, referente de la Iglesia Ortodoxa de Tucumán, cuya sede se encuentra junto a la institución y que luego compartiría la mesa principal junto a dirigentes y expresidentes.
Durante los discursos de apertura, se subrayó el rol fundacional de la colectividad en la vida económica y cultural de la provincia, así como el compromiso de las nuevas generaciones en la continuidad institucional. Hubo referencias al esfuerzo inmigrante, a los vínculos con la patria de origen y al deber de preservar la identidad ante los desafíos actuales que atraviesan a Siria y al Líbano.
La celebración culminó con una torta especialmente preparada para el centenario acompañado del canto colectivo del “feliz cumpleaños” en español y en árabe.
El sábado, la comisión directiva encabezó un acto de entrega de un arreglo floral en la Casa Histórica de Tucumán, en homenaje a los fundadores y en coincidencia con el aniversario de la independencia del Líbano. Allí se leyó un discurso que unió el valor simbólico de la independencia libanesa con la trayectoria de la institución tucumana, remarcando la defensa de la soberanía frente a las agresiones que sigue padeciendo el mundo árabe. El acto, breve pero cargado de sentido político y cultural, reafirmó la pertenencia de la colectividad a la historia argentina y su compromiso con la memoria de los pueblos de origen.
El domingo por la mañana, la conmemoración culminó con una misa en la Parroquia Asunción de María Santísima, celebrada por Monseñor Santiago El Khoury y acompañada por miembros de la comisión directiva. El oficio religioso agradeció el siglo cumplido por la institución y pidió por la paz en Siria y el Líbano, con referencias explícitas a la situación del Oriente árabe y al sufrimiento de las comunidades sometidas a guerras, bloqueos y ocupaciones.
Los actos de los 100 años dejaron expreso el compromiso de la Sociedad Sirio Libanesa de Tucumán con la reconstrucción institucional, la transmisión cultural y la defensa de la dignidad de los pueblos árabes frente a las formas de dominación que persisten en la región.
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