La carneada, una ceremonia rural
Lo trajo atado sobre el lomo de la mula Tuerta. Los ollares moqueando, resoplaba. Pedro se apeó, con ademán preciso arrancó al cordero de su montura echándoselo al hombro. En la ramada los peones consumían el tiempo entre taba, vino y mate. El hombre trataba con afán de sofocar los sacudones de la víctima, que se resistía mientras balaba entrecortadamente. El instinto le presagiaba la muerte. -¡Vení, Zenón!, dame una mano.
