La facción terrorista FSA se retira de Alepo
Siria avanza en la recuperación total de Alepo. Los terroristas de FSA debilitados y retirados al seno materno en Turquía. E.I. y grupos menores, incluido Al Nusra se unifican contra el Ejército Sirio. Turquía busca protegerse y lograr más apoyo internacional a sus tácticas destructivas ocultas tras una supuesta prevención ante la llegada de nuevos refugiados sirios acusando como motivo una posible reconquista de la ciudad por parte del gobierno sirio.
La facción terrorista Ejército Sirio Libre (FSA) ya no combate en Alepo. Según fuentes de seguridad turcas citadas por el diario turco Hürriyet Daily News, 14.000 combatientes de esta agrupación, se han retirado de la ciudad. «Su líder, Yamal Marouf, ha huido a Turquía durante la primer mitad de noviembre y está siendo alojado y protegido por el estado turco», afirma una de estas fuentes.
Ankara (al igual que París), ha sido uno de los principales sostenes del FSA, facción dirigida por la “oposición siria” en el exilio. Durante más de dos años, Turquía ha permitido a sus miembros cruzar libremente la frontera e incluso establecer un campamento para sus oficiales en la localidad de Reyhanli, en la provincia de Hatay.
En Alepo quedarían, pues, tres actores importantes: el Ejército Árabe Sirio en combate contra E.I. y algunos batallones del llamado Frente Islámico, conglomerado de diversos grupos terroristas preexistentes pero hoy de menor influencia (por lo menos mediática), como el Frente Al Nusra –rama siria de Al Qaeda- o Ahrar Al Sham y otras bandas menores; todos ellos también apoyados por Turquía y su política desestabilizadora, así como en algún caso ligados de manera central a capitales sauditas, qataríes o emiratíes.
Las rutas de suministro al terrorismo, amenazadas
Son estos últimos quienes controlan el estratégico paso de Bab Al Hawa, que conecta el frente noroeste con Turquía, desde donde reciben suministros. La caída de Alepo supondría un golpe fatal para ellos, lo cual explica el motivo por el cual diferentes facciones terroristas están uniendo fuerzas para mantener abierta la ruta a toda costa, ante un importante avance del Ejercito Árabe Sirio.
«La línea divisoria entre nosotros y el régimen es de uno o dos kilómetros. O el régimen corta la carretera, o lo hacemos nosotros», afirma Abu Hofeiza, líder de Yesh Al Muyahidín («El ejército de los muyahidines»), que cuenta con unos 5.000 combatientes. «Para nosotros, Alepo es la batalla que decidirá el destino de Siria. Si el régimen gana, aniquilará la revolución», dice este cabecilla rebelde en una entrevista con el diario británico Financial Times.
Turquía teme que si Alepo cae, se produzca otra llegada masiva de refugiados a su territorio, complicando aún más su situación y debilitando su política destructiva para Siria.
Según voces oficiales del gobierno turco, que demuestran claramente su postura anti-siria mediante el uso de todos los clichés mediáticos y comunicacionales difundidos por la prensa occidental:
«El debilitamiento del Ejército Sirio Libre significa el avance del Estado Islámico y el “régimen”, y esto desestabiliza más a Siria», afirmó ayer el Ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu. «Los civiles están escapando de estos grupos. Un posible avance en Alepo significaría de 2 a 3 millones de sirios llegando a la frontera turca», indicó.
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