Organizaciones israelíes califican como genocidio la campaña militar en Gaza

En una conferencia de prensa celebrada en Jerusalén ocupada, las organizaciones B’Tselem y Médicos por los Derechos Humanos Israel (PHRI, por sus siglas en inglés) presentaron sendos informes en los que concluyen que la actual ofensiva israelí en Gaza constituye un acto de genocidio contra el pueblo palestino. Esta es la primera vez que grupos israelíes de derechos humanos adoptan abiertamente dicha calificación para describir la política de su propio gobierno.

La directora ejecutiva de B’Tselem, Yuli Novak, declaró: “Nada te prepara para asumir que formas parte de una sociedad que está cometiendo genocidio. Es un momento profundamente doloroso para nosotros”. Agregó que, como israelíes y palestinos que comparten la misma tierra, tienen la responsabilidad de hablar con claridad: “Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos”.

Desde el inicio de la ofensiva, hace 21 meses, la Franja de Gaza ha sido devastada casi por completo. Según el Ministerio de Salud del enclave, el número de mártires supera los 59.800, en su mayoría civiles. Toda la población ha sido desplazada al menos una vez y las agencias de la ONU alertan sobre el riesgo inminente de hambruna masiva.

B’Tselem argumenta que Israel lleva a cabo una acción “coordinada para destruir deliberadamente la sociedad palestina en Gaza”, basándose en declaraciones de altos funcionarios políticos israelíes. Por su parte, PHRI documentó la “destrucción sistemática e intencionada del sistema de salud en Gaza”, un hecho que agrava el impacto letal de los ataques y el bloqueo humanitario.

El pronunciamiento de ambas entidades se produce mientras la Corte Internacional de Justicia, en una resolución preliminar emitida a principios de 2024 tras una demanda interpuesta por Sudáfrica, consideró plausible que Israel haya violado la Convención contra el Genocidio de la ONU. A pesar de ello, el régimen israelí, con el respaldo incondicional de Estados Unidos, continúa negando las acusaciones y justifica su campaña bajo el pretexto de combatir a Hamas.

Estas denuncias desde dentro de la sociedad israelí constituyen un punto de inflexión ético y político. Despojan de legitimidad a las narrativas oficiales de “autodefensa” y obligan a la comunidad internacional a enfrentar la realidad: un crimen masivo y sistemático que sólo puede detenerse con presión política efectiva, ruptura del cerco y restauración de los derechos fundamentales del pueblo palestino.