Indignación mundial por asesinato de periodistas de Al Jazeera en Gaza

En lo que organizaciones internacionales califican como un ataque dirigido y premeditado, el régimen de ocupación israelí asesinó a los periodistas de Al Jazeera, Anas al-Sharif, Mohammed Qreiqeh, Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa. El ataque, ejecutado contra una carpa de refugiados ubicada frente al Complejo Médico Al Shifa en Gaza, destruyó uno de los últimos puntos de operación de la cadena en Gaza. Según la propia Al Jazeera, las víctimas fueron ejecutadas mientras documentaban la situación humanitaria, en un acto que describen como “un intento desesperado de silenciar la voz de la verdad antes de la inminente ocupación de Gaza”.

La cadena catarí, que ha mantenido una presencia continua en la Franja pese al asedio, recordó que Anas al-Sharif era uno de los reporteros más visibles de la guerra, transmitiendo diariamente las condiciones extremas que enfrenta la población. 

El portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Thameen Al-Kheetan, calificó la matanza como “una clara violación del derecho internacional humanitario” y un crimen de guerra. Señaló que el patrón de ataques contra periodistas palestinos, combinado con la prohibición de ingreso a corresponsales extranjeros, “indica una estrategia deliberada para limitar el flujo de información desde Gaza”. Exigió que los Estados con influencia sobre Tel Aviv ejerzan presión real para detener la ofensiva, advirtiendo que la inacción solo consolidará la impunidad.

El analista político Marwan Bishara subrayó que “no es coincidencia” en la fecha del ataque, al producirse cuando el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se encuentra bajo presión internacional por sus planes de tomar control total de la ciudad de Gaza. “Hay algo particularmente psicopático en la mentira y en el crimen”, declaró Bishara, en referencia a las acusaciones sin pruebas de Israel que vinculaban a Al-Sharif con Hamas.

La reacción internacional ha incluido declaraciones del secretario general de la ONU, António Guterres, quien pidió una investigación independiente y el cese inmediato de los ataques a la prensa. Desde la Unión Europea, la jefa de política exterior Kaja Kallas reiteró que “si una solución militar fuera posible, la guerra ya habría terminado” y pidió un alto el fuego inmediato. No obstante, voces desde Washington, incluido el presidente estadounidense Donald Trump, han respaldado la intensificación de la presión militar contra Hamas, evitando condenar directamente la ejecución de periodistas.

En el terreno, la ofensiva israelí continúa dejando un saldo devastador. Según el Ministerio de Salud de Gaza, al menos 46 palestinos fueron asesinados desde la madrugada del lunes, entre ellos seis personas que buscaban ayuda humanitaria. La Defenza Civil de Gaza reportó 45 operaciones de rescate en 24 horas, con evacuaciones de heridos y recuperación de cuerpos en ciudad de Gaza, Beit Lahiya, Khan Younis y Rafah. A esto se suman muertes por desnutrición y el colapso de los servicios médicos, agravados por el bloqueo total de suministros.