Hezbollah advierte que no entregará las armas mientras persista la ocupación
En un nuevo discurso televisado, Naim Qassem, líder del movimiento, denunció que el plan de desarme ordenado por el gobierno representa una ejecución directa de la agenda israelí-estadounidense. Reafirmó que la resistencia mantendrá sus armas hasta que cesen la agresión y la ocupación.
La tensión política en el Líbano volvió a escalar luego de que el jefe adjunto de Hezbollah, Naim Qassem, advirtiera públicamente que el movimiento no entregará sus armas mientras continúe la agresión israelí y el territorio nacional permanezca parcialmente ocupado. La declaración, realizada en un discurso televisado, llega en respuesta directa a la decisión del gobierno de Nawaf Salam de encomendar al ejército un plan de desarme antes de fin de año, bajo presión de Estados Unidos.
Qassem acusó al Ejecutivo de “regalar el país a Israel”, al avanzar con una política que, según afirmó, cumple instrucciones directas de Washington y Tel Aviv. “El gobierno está ejecutando una orden estadounidense-israelí para poner fin a la resistencia, incluso si conduce a una guerra civil y conflictos internos”, declaró. También advirtió que si el gobierno continúa enfrentando a la resistencia, “no habrá vida en el Líbano”.
La posición de Hezbollah se mantiene firme pese a las pérdidas sufridas durante la guerra del año pasado contra el régimen de Israel, que debilitó seriamente su infraestructura militar. Qassem, sin embargo, reafirmó que “la resistencia no entregará sus armas mientras continúe la agresión y la ocupación persista, y lucharemos contra ella, sin importar el costo”. Las declaraciones se produjeron tras un encuentro con el jefe del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Larijani, país que continúa respaldando al movimiento libanés como parte del eje de la resistencia.
El líder de Hezbollah también instó al gobierno libanés a “no entregar el país a un agresor israelí insaciable ni a un tirano estadounidense con codicia ilimitada”. Pese a su retórica encendida, Qassem aseguró que tanto Hezbollah como el movimiento Amal han decidido posponer cualquier protesta en las calles, dejando abierta una posibilidad de diálogo. Sin embargo, advirtió que futuras manifestaciones podrían dirigirse directamente a la embajada de Estados Unidos en Beirut.
Esta nueva intervención confirma que el plan de desarme no sólo enfrenta obstáculos logísticos, sino una fuerte resistencia política y simbólica, anclada en la legitimidad que Hezbollah reivindica como fuerza defensiva. En este contexto, el intento del gobierno de afirmar su control exclusivo sobre las armas, siguiendo fuertes presiones externas, abre una preocupante e incierta etapa para la estabilidad del país del cedro y la región.
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