Mensaje de Navidad de Monseñor Santiago
El Metropolita de Buenos Aires y toda Argentina de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Antioquía envió un mensaje a toda la feligresía en ocasión de la Navidad.
Mensaje Pastoral de la Navidad 2020
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A los queridos Hijos en el Señor,
Los distinguidos Sacerdotes,
El Pueblo creyente que ama a Dios.
«Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz y buena voluntad para los hombres
Así cantaron los ángeles cuando Cristo nació. Esta frase refleja la condición natural y saludable del hombre cuando una persona se reconcilia con Dios y lo glorifica, encuentra la paz dentro de él, y luego estará en armonía con todos los seres humanos. Por el contrario, cada uno está en conflicto y en contienda con otros, y esto significa que previamente ha perdido a Dios en su vida. Como, por ejemplo, una persona no debe perder su tiempo en justificaciones, ni buscar excusas para sí mismo y culpar a los demás y a las circunstancias. Al final, no encontrará ningún descanso, por mucho que se escape, evada y se libere de su responsabilidad condenando a otros. Permanecerá en constante preocupación y tensión. No importa lo que intente con psicólogos o buscando todo tipo de placeres mundanos, se entregue a ellos y los aliente, no se vivirá en calma ni relajará su mente, sino que continuará pasando de un desorden a un desorden mayor y de un caos, a un mayor caos, como si estuviera atrapado en un espiral, donde no hay salida.
El paso correcto es que una persona vuelva a Dios y se arrepienta ante Él, en ese momento nuestra vida comenzará su corrección, y ganaremos a nosotros mismos, que nos habíamos perdido anteriormente. Entonces la paz prevalecerá dentro de nosotros y automáticamente habrá armonía y alegría con todas las personas que nos rodean. Cualquier solución, enfoque o búsqueda fuera de este régimen es un camino totalmente pecaminoso.
Siempre en nuestra relación con Cristo, debemos ser cuidadosos y vigilantes en amar a Cristo como Él quiere, y no como nosotros queremos, a la manera de Cristo y no a nuestra manera. Cuando comencemos a amar a Cristo como Él quiere, la Navidad se convertirá en una fiesta permanente en nuestra vida, como si Cristo estuviera con nosotros en cada obra, paso y camino de nuestra vida. El nacimiento de Jesucristo es adquirir Su mente y caminar en nuestras vidas según Su voluntad.
Les deseo a todos una gloriosa Navidad llena de bendiciones espirituales. Quizás la epidemia del Coronavirus nos ha dejado en aislamiento y soledad, separándonos unos de otros, pero estemos seguros de que el Señor es capaz de quitarnos la carga de esta epidemia, si elevamos nuestros corazones, le oramos y hacemos un cambio en nuestra vida, si nos acercamos más a Él, no una o dos veces, ni por un tiempo, sino para siempre, entonces esta epidemia se desvanecerá, hasta que desaparezca y se disipe. Acerquémonos a Jesús con sinceridad en el tiempo de la Navidad, para que las alegrías de nuestras fiestas puedan volver, no como se regocija y se alegra el mundo, sino como Jesús quiere que nos regocijemos y celebremos en Su día.
Les deseo a todos una Feliz Navidad
Quien Suplica por Ustedes
Santiago
Metropolita de Buenos Aires y de toda Argentina.
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