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martes, 14 de enero de 2020

¿Dónde está la verdadera amenaza ‎nuclear en el Medio Oriente?‎

Por Manlio Dinucci

Mucho más preocupante que la retirada iraní del acuerdo 5+1 ‎es el hecho de que Israel ya dispone de un verdadero arsenal nuclear y que podría sentirse ‎tentado a utilizarlo si EEUU retira sus tropas de la región.

Fuente: Il Manifesto / Red Voltaire

Irán anuncia que se retira del acuerdo 5+1 (JCPOA), como respuesta al asesinato del ‎general Qassem Suleimani, perpetrado por Estados Unidos. Dado el hecho que ‎Estados Unidos ya se había retirado de ese acuerdo, el anuncio de Irán no modifica ‎la situación ya existente.

Mucho más preocupante que la retirada iraní de ese acuerdo ‎es el hecho que Israel ya dispone de un verdadero arsenal nuclear y que podría sentirse ‎tentado a utilizarlo si EEUU retira sus tropas del Medio Oriente. ‎

Irán no respeta los acuerdos nucleares” (Il Tempo), “Irán se retira de los acuerdos nucleares: ‎un paso hacia la bomba atómica” (Corriere della Sera), “Irán prepara las bombas atómicas: adiós ‎al acuerdo nuclear” (Libero).

Casi todos los medios anuncian en ese tono la decisión de Irán, consecuencia del ‎asesinato del general iraní Qassem Suleimani, ordenado por el presidente Trump, de no seguir ‎aceptando las limitaciones para el enriquecimiento de uranio estipuladas en el acuerdo que firmó ‎en 2015 con el grupo 5+1 (EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia y China más Alemania). ‎

O sea, esos medios de ‎“información”‏ no abrigan ‏dudas sobre el origen de la amenaza nuclear en ‎el Medio Oriente. Pero se olvidan de que fue el presidente Trump quien sacó a Estados Unidos ‎del acuerdo 5+1 en 2018, acuerdo que Israel había definido como “la rendición de Occidente ‎ante el eje del mal encabezado por Irán”. ‎

Tampoco dicen ni una palabra sobre el hecho que en el Medio Oriente hay una sola potencia ‎nuclear: Israel, que ni siquiera se somete a ningún tipo de control porque no es firmante del ‎Tratado de No Proliferación, documento que Irán sí firmó. ‎

El arsenal nuclear israelí, sobre el cual se extiende una pesada capa de secreto y de silencio, está ‎evaluado en una cantidad de entre 80 y 400 ojivas nucleares y en un volumen de plutonio ‎suficiente para fabricar varios centenares más.

Israel también produce seguramente tritio, un gas ‎radioactivo utilizado en la fabricación de armamento nuclear de nueva generación, como las ‎llamadas mini-nukes y las bombas de neutrones, capaces de provocar una ‎contaminación radioactiva a pequeña escala, lo cual permitiría usarlas contra objetivos ‎geográficamente cercanos a Israel. ‎

Las cargas nucleares israelíes están listas para su uso con misiles balísticos como el Jericho, ‎cuyo alcance se sitúa entre 8000 y 9000 kilómetros. Alemania ha proporcionado a Israel –como ‎donación o a precios reducidos– 4 submarinos de la clase Dolphin modificados para portar ‎misiles nucleares Popeye Turbo, con un alcance de 1500 kilómetros.

Silenciosos y capaces de ‎mantenerse en inmersión durante una semana, esos submarinos israelíes navegan por el este del ‎Mediterráneo, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico, listos para iniciar un ataque nuclear. ‎

Estados Unidos, que ya entregó a Israel más de 350 cazabombarderos F-15 y F-16, está ‎enviándole ahora al menos unos 75 aviones F-35, igualmente capaces de portar armamento convencional o ‎nuclear.

Una primera escuadra de F-35 israelíes entró en operaciones en diciembre de 2017. La ‎empresa Israel Aerospace Industries produce actualmente componentes que hacen las alas de los ‎‎F-35 invisibles para los radares. Con esa tecnología, que también se aplicará a los F-35 ‎italianos, Israel incrementa las capacidades de ataque de sus fuerzas nucleares. ‎

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► Fragmento de un correo electrónico donde el ex jefe del Estado Mayor ‎Conjunto y secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, reconoce –el 3 ‎de marzo de 2015– que Irán no tiene armas nucleares, ni podría utilizarlas si las tuviese, ‎mientras que Israel dispone de al menos 200 armas atómicas. ‎

Israel –que mantiene sus 200 armas nucleares apuntando hacia Irán, como indicó en 2015 el ‎ex secretario de Estado estadounidense Colin Powell– está decidido a conservar su monopolio del armamento atómico en el Medio ‎Oriente impidiendo que Irán desarrolle un programa nuclear civil que podría permitirle algún día ‎producir armas nucleares, capacidad que hoy tienen decenas de países. ‎

Pero en el ciclo de explotación del uranio no existe una frontera definida entre el uso civil y el uso ‎militar del material fisible y, con tal de bloquear el programa nuclear iraní, Israel está dispuesto a ‎recurrir a cualquier medio. Los asesinatos consecutivos de 4 científicos nucleares iraníes, ‎entre 2010 y 2012, son según todos los indicios obra del Mossad israelí.‎

Las fuerzas nucleares israelíes están integradas al sistema radioelectrónico global de la OTAN, en ‎el marco de un “Programa de Cooperación Individual” con Israel, país que sin ser miembro de la ‎alianza atlántica, mantiene una misión permanente en el cuartel general de la OTAN, en Bruselas. ‎

Según el plan puesto a prueba en el ejercicio Juniper Cobra 2018 , realizado por Estados Unidos ‎e Israel, fuerzas de EEUU y la OTAN llegarían desde Europa (principalmente desde la ‎bases instaladas en Italia) para respaldar a Israel en una guerra contra Irán.

Esa guerra ‎podría comenzar por un ataque de Israel contra las instalaciones nucleares iraníes, como ‎el ataque aéreo israelí realizado en 1977 contra el reactor nuclear iraquí de Osirak.

El Jerusalem ‎Post confirmó el 3 de enero último, que Israel tiene bombas no nucleares antibunker, utilizables ‎principalmente desde los aviones F-35 proporcionados por EEUU, capaces de alcanzar ‎la instalación nuclear iraní de Fordow. ‎

Irán no tiene armas nucleares, pero sí cuenta con una capacidad militar de respuesta que ‎no tenían Yugoslavia, Irak ni Libia cuando fueron atacados por Estados Unidos y la OTAN. Y ‎ante la previsible respuesta de Irán, Israel podría recurrir a su armamento nuclear, iniciando así ‎una reacción en cadena de proporciones y resultados totalmente imprevisibles. ‎

 

 

Nota: Manlio Dinucci es un geógrafo, politólogo y analista italiano autor de múltiples columnas y libros sobre geopolítica internacional.

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