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lunes, 29 de mayo de 2017

Trump visitó Medio Oriente: Entre el cambio y la continuidad

Por Jodor Jalit

El cambio de discurso como herramienta para la continuidad de la política exterior.

Mucha expectativa generó la visita del presidente de EEUU, Donald Trump, a Medio Oriente, porque el discurso anti árabe e islámico utilizado durante la campaña electoral no es compatible con la relación especial que EEUU sostiene con Arabia Saudí desde 1945.

El discurso ofrecido durante el Foro Islámico Árabe Estadounidense por Trump, dejó en claro que la relación especial se imponía sobre el discurso electoral cuando manifestó el deseo de “profundizar vínculos estrechos de amistad, seguridad, cultura y comercio”.

El cambio en la retórica de Trump respecto de Arabia Saudí y el Islam se corporizó en la ausencia de la frase “terrorismo islámico radical” –una de las estampas del discurso de campaña. En su lugar, se habló de una ideología que debe ser rechazada, porque alimenta el terrorismo de Al Qaeda, E.I. y Hezbollah.

Trump, además, destacó el rol de diferentes países en el combate del terrorismo, la recepción de refugiados sirios, la preservación de la historia humana, y el desarrollo mundial del comercio. Líbano, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Jordania, Turquía fueron algunos de los receptores de los elogios.

A pesar del cambio discursivo, Trump dejó en claro que la política exterior de EEUU no sufrirá cambios considerables. De hecho, Trump recordó el encuentro entre Franklin Delano Roosevelt y Abdul Aziz Ibn Saud, y estableció un paralelo con los líderes actuales de Arabia Saudí y EEUU. Esa continuidad quedó plasmada en la firma de acuerdos comerciales.

Según Bloomberg, EEUU y Arabia Saudí firmaron acuerdos por no menos de u$s300.000 millones y no más de u$s400.000 millones en los rubros de defensa, aeronáutica y petróleo y gas. Lockheed Martin, Raytheon, General Dynamics, General Electric, Honeywell, McDermott, Boeing, Jacobs Engineering, Rowan, Nabors, Weatherford y Aramco son los firmantes conocidos, puesto que parte de los acuerdos no han sido oficializados.

A primera vista, los acuerdos suponen un impulso para la economía de ambos países. Un punto a tener en cuenta tras el impacto de la crisis económica de 2007-2008 en EEUU y la caída del precio del petróleo durante 2014-2016 en Arabia Saudí. Pero, algunas voces ya encendieron la alarma de que el impacto en el mercado de trabajo de EEUU y Arabia Saudí no será el imaginado.

Fortune explica que la producción de los bienes y servicios estadounidenses adquiridos por Arabia Saudí es casi automática, y su impacto se limita a un pequeño número de jóvenes especializados. Mientras, el impacto en el mercado laboral saudí será progresivo y dependerá del éxito del plan Visión Saudí 2030.

Es decir, la creación de puestos de trabajo en EEUU y Arabia Saudí tomó un segundo lugar frente a la confirmación del vínculo especial entre ambos países. Es más, ninguno de los dos mandatarios mencionó la situación doméstica, y en cambio, el terrorismo e Irán fueron los obstáculos a vencer.

La gira internacional de Trump continuó por Israel y Palestina. Allí, Trump se reunió con el Primer Ministro, Bejamin Netanyahu, y el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, para informarles la intención de revivir la Iniciativa Árabe de Paz delineada por el Rey de Jordania Adbullah II en 2002.

Los acuerdos con Israel revolvieron principalmente en torno a los sectores de seguridad y defensa, pero fueron endosados previo al viaje del presidente Trump. Para ser exacto, Israel y EEUU firmaron en 2016 un acuerdo por u$s38.000 que se extenderá hasta el año 2028. Además, EEUU rubricó su compromiso de sostener la ventaja cualitativa armamentística de Israel frente a sus vecinos.

Otro aspecto que no cambió, esta vez en el discurso de Trump y la política exterior de EEUU, es la demonización de Irán. Aunque poco se dijo sobre posibles soluciones al conflicto en Siria, la crisis de salud en Yemen, la violencia fratricida en Libia, y los derechos básicos en Palestina.

Al final del día, se intuye que la política exterior de EEUU para Medio Oriente no oscilará demasiado entre Obama y Trump; seguirá sosteniéndose en dos aliados incondicionales (Arabia Saudí e Israel) para evitar mayores avances de Irán sobre la región. Queda por verse, si esa política exterior se regirá por la búsqueda de un de estabilidad o inestabilidad.

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