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viernes, 12 de agosto de 2016

El extremismo de Google

Por Jodor Jalit

La negación del otro sin el recurso a un criterio evidente desemboca en actos discriminatorios que evidencian ideologías extremas.

Allá por el año 2005, Mahmoud Ahmadinejad, fue acusado por un grupo importante de líderes, prensa y sociedad occidental de querer “borrar a Israel del mapa ”. Tomando como referencia los antecedentes de las declaraciones del líder iraní casi nadie prestó mayor atención. Poco tiempo más tarde, Arash Norouzi y Juan Cole presentaron evidencia para confirmar la inexactitud de la traducción. Aunque el daño ya estaba hecho, el periodista Glenn Kessler del Washington Post no lo dejó pasar.

Hace unos pocos días el lobby israelí en Argentina me marcó la cancha por primera vez al imponerme condiciones sobre un proyecto. Al principio la actitud me generó disgusto, pero luego me sentí satisfecho. Si se molestaron en ‘reorientar’ el proyecto es porque lo consideran importante, capaz de darle voz a un actor, en un recinto de peso.

Pero el problema no es el lobby. El problema es la falta de criterio. Por eso no voy a hablar de ningún lobby, ni voy a trazar líneas rectas entre nacionalidad, religión y decisiones, pero sí voy a hablar sobre la falta de criterio.

Cuando Google desapareció a Palestina del mapa, ningún líder occidental se alarmó. Tal vez sea porque era necesario que lo diga el Primer Ministro Benjamín Netanyahu. Después de todo, ¿qué poder puede tener una multinacional? Lo suficiente como para (de)formar el inconsciente colectivo y poco a poco transformar una mentira en verdad: la inexistencia de Palestina.

¿Cuál fue el criterio para desaparecer a Palestina? Investiguemos. Según publicó el portal de tecnología Wired, Google estuvo obligado a responder a acusaciones de eliminar a Palestina luego de que un error de software eliminara las etiquetas de Gaza y Cisjordania. Al mismo tiempo, The Telegraph publicó que Palestina nunca estuvo en sus mapas , y responsabilizando al error de software por la temporal desaparición de Gaza y Cisjordania.

Apuntar contra la religión de los tres mayores accionistas de la empresa para justificar la no aparición de Palestina, y la temporal desaparición de Gaza y Cisjordania es suficiente para caer en la trampa del odio. Lo cierto es que sólo la etiqueta Gaza figura, y en referencia a una localidad.

Por lo dicho, prefiero abordar otra estrategia, y encontrar un argumento válido que permita entender por qué Palestina no figura en los mapas de Google. ¿Puede el estatus de reconocimiento, total o parcial, de ONU ser el criterio utilizado para la definición de los mapas de Google? Veamos.

Los miembros de ONU reconocidos por todos sus miembros están representados en los mapas de Google. Mientras que la República de Armenia, República Popular de China, República de Chipre, Estado de Israel, República Democrática Popular de Corea, y República de Corea, no reconocidas por al menos un miembro pleno de ONU, aparecen en los mapas de Google.

Quedan entonces los no miembros de ONU reconocidos por algún miembro de ONU. Aquí se encuentran: República de Abjasia, República de China, República de Kosovo, República Turca del Norte de Chipre, República Democrática Árabe Saharaui, República de Osetia del Sur y Estado de Palestina. Algunos de estos –República de China, República de Kosovo, República Turca del Norte de Chipre- aparecen claramente definidos, aunque sea como territorios en disputa y sin el rótulo correspondiente.

Con motivo de considerar todas las posibilidades, se puede observar un criterio adicional para seguir indagando sobre la no aparición de Palestina en los mapas de Google: el número de miembros de ONU que reconocen a cada no miembro de ONU.

Chipre (Turco) es reconocido por 1 Estado miembro de ONU, Abjasia es reconocida por 4, Osetia del Sur es reconocido por 5, República de China (Taiwán) es reconocido por 21, Saharaui es reconocido por 84, Kosovo es reconocida por 109, y Palestina es reconocido por 136. Si cualquier número de reconocimientos es el criterio para la desaparición de Palestina, significa que ninguno de los Estados no miembros reconocidos por algún miembro de ONU debe aparecer en los mapas de Google.

La aparición de República de China, República de Kosovo, República Turca del Norte de Chipre evidencia la no utilización del criterio aquí propuesto.

En resumen, el reconocimiento otorgado por ONU a un Estado no es un criterio para aparecer en los mapas de Google. El interrogante queda abierto, y la obligación en las autoridades de la empresa para explicar cuál es el criterio (si es que hay alguno). Sólo de esta manera se puede evitar caer en argumentos discriminatorios.

Por último, durante la última reunión del ciclo de conferencias “A 100 Años del Acuerdo Sykes-Picot: Conflicto Israelí-Palestino” el Embajador del Estado de Palestina en Argentina, Sr. Husni Abdel Wahed, resaltó que cualquier fundamentalismo precisa de una contraparte. Siguiendo esa línea de pensamiento, destaco por ejemplo que la organización considerada como extremista en Occidente, Hamas, es quien también elimina Estados reconocidos de sus mapas.

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