EEUU e Israel debilitan derecho internacional y dirigencia palestina

En una carta abierta, Rima Jalaf, renunció a su cargo como Secretaria Ejecutiva del Consejo Económico y Social de ONU para Asia Occidental (ESCWA, por sus siglas en inglés) luego de que el Secretario General de ONU Antonio Guterres ordenara el retiro del informe “Practicas israelíes hacia los palestinos y la pregunta sobre el apartheid ”.

El documento que fuera publicado el 15 de marzo pasado en el sitio web de ESCWA, es el resultado de la investigación realizada por la Dra. Virginia Tilley, profesora de ciencia política de la Universidad de Sul de Illinois, y el Dr. Richard Falk, profesor emérito de Derecho Internacional de la Universidad de California, donde se concluye que Israel es culpable del crimen de apartheid.

Tras su publicación, el documento fue rápidamente retirado, y al respecto el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric aseguró que "el informe no reflejaba la postura del secretario general”, ya que fue publicado sin haberle informado antes sobre su contenido. “No se trata del contenido, sino del procedimiento”, agregó contradiciéndose.

“En un período de dos meses Ud. [Secretario General] me instruyó a retirar dos informes realizados por ESCWA, no por su falta a la verdad o por que no esté de acuerdo con el contenido, si no debido a la presión de Estados miembros [de ONU] que violan de forma grave el derecho de las personas en la región”, escribió Jalaf en su carta de renuncia.

“No puedo desestimar lo descubierto por el informe de ESCWA respecto del establecimiento de un régimen de apartheid por parte de Israel…la evidencia provista es rotunda. De hecho, ninguno de los Estados que atacaron al informe pudieron cuestionar su integridad”, sentenció Jalaf.

Estados Unidos, el principal aliado de Israel, ya había reclamado el miércoles que se retirara el informe en el que se concluye que ese Estado es "culpable de políticas y prácticas que constituyen un crimen de apartheid”, y que los palestinos están sometidos a una "fragmentación estratégica" que permite a Israel imponer una "dominación racial”.

Sistema Internacional en construcción

El doble estándar que en oportunas ocasiones se apodera de los organismos internacionales confirma las sospechas que se elevan sobre su independencia. Y respecto del conflicto israelí-palestino, las decisiones de ONU han sido desfavorables para con la nación palestina, desde la Resolución No. 181 del Consejo de Seguridad hasta la censura de los informes de ESCWA.

Cuantos funcionarios de ONU han renunciado frente a la injusticia es incierto saberlo, pero casos como el de Jalaf son propensos a incrrementarse, por la sencilla razón de que el derecho internacional todavía no cuenta con ‘dientes’. O sea, el derecho internacional puede declarar culpables pero no hay quien obligue al culpable a cumplir condena.

Hasta que el derecho internacional se haga de una dentadura, deseo que las y los ‘Jalaf’ se multipliquen. No porque quiere abandonar el teclado de esta redacción para ocupar un escritorio en New York, más bien mantener despierta la conciencia, y recordar a la sociedad internacional que el sistema internacional continúa siendo dirigido por un club de privilegiados, que trafican influencias para distribuir beneficios entre sus allegados.

La censura del informe y la renuncia de Jalaf ponen blanco sobre negro, dejando en evidencia los privilegios derivados de una alineación con y representación de intereses imperiales en una región de interés. Porque esta no es la primera vez que Israel en voz alta, y EEUU en voz baja, presionan organismos internacionales para evitar la toma de acciones desfavorables al gobierno de Tel Aviv.

Mirando el ombligo

Dicen que el tango se baila de a dos, y aquí la otra parte, es la representación palestina. Hasta 1967, la causa palestina fue enarbolada por el Rey Abdullah I de Jordania y el Coronel Gamal Abdel Nasser sucesivamente, momento en el cual la Organización para la Liberación de Palestina tomó las riendas de la lucha.

En 1969, Yasser Arafat fue elegido como secretario general y la OLP comenzó un recorrido regional –Jordania, Líbano y Túnez- en busca de una base de operaciones desde donde atacar a Israel. El tour culminó en el proceso de paz de Oslo, y el reconocimiento mutuo que permitió la creación de la Autoridad Palestina. Y más importante aún, el regreso de la OLP a Palestina.

A lo largo de sus desplazamientos la OLP estuvo envuelta en conflictos regionales, sembrando el resentimiento entre las sociedades que los hospedaban. En Jordania la OLP se enfrentó con las FFAA jordanas durante el ‘Septiembre Negro’, y en Líbano generó asperezas con la comunidad maronita desatando la ‘Guerra Civil Libanesa’. Durante su estadía en Túnez, la OLP no entró en conflicto con la sociedad anfitriona, pero debió observar como aviones israelíes destruían su cuartel.

Mientras tanto, la nación palestina enfrentó la ocupación militar, los asentamientos, la segregación israelí…y la indiferencia internacional. Sea por error u omisión, es necesario que la dirigencia palestina asuma su parte de culpa. Aprovecharse del humor y la iniciativa de la sociedad palestina –Intifada por ejemplo- frente al avance israelí, no es una estrategia política válida si el objetivo es la creación de un Estado palestino.