últimas noticias
Tribuna y debate
lunes, 02 de noviembre de 2020

A 103 años de la desastrosa e ilegal promesa

Por Redacción Diario Sirio Libanés

El 2 de noviembre cumple 103 años la llamada “Declaración Balfour”, documento que signara en 1917, el apoyo británico al proyecto sionista de usurpación de Palestina.

En noviembre de 1917, ingresando al último año de la Primera Guerra Mundial (julio 1914 - nov. 1918), y con el Imperio Otomano – y su aliado Imperio Alemán - a punto de ser derrotados por los aliados (Gran Bretaña, Francia, Rusia, EEUU, etc.), el proyecto sionista iniciado a fines del S. XIX logró, mediante su fuerte acción de lobby en Londres, que las máximas autoridades británicas dieran un espaldarazo a su proyecto ocupante de Palestina.     

El entonces ministro de Exteriores británico, Arthur James Balfour, escribió al líder del movimiento sionista en Londres, el banquero Lionel Rothschild, que “el Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”.

La población palestina de fe judía representaba, en ese momento, menos del 10 por ciento del total de Palestina. Aun así, el breve texto, de tan solo 67 palabras, fue sancionado luego por la Sociedad de Naciones (antecesora de la ONU).

La Declaración Balfour, como se conoció, también se incorporó al Tratado de Sèvres en 1920, cuando se selló el acuerdo de paz entre el derrotado Imperio Otomano, hoy Turquía, y los países aliados vencedores de la Primera Guerra Mundial.

Dicho tratado fue crucial junto a  la Conferencia de San Remo (1923) para habilitar el proceso de ocupación extranjera que vivió toda la región del Cercano Oriente hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, bajo la figura neo-colonial conocida como la era de los ‘mandatos’ (francés y británico), que bajo los iniciales lineamientos del secreto y espurio acuerdo Sykes-Picot de 1916, se dividieron el control de la región.  

En este marco, además de estar bajo el control de los británicos después de la Primera Guerra, los palestinos vieron cómo sus tierras eran entregadas a extranjeros, los sionistas europeos que llegaban continuamente en barcos desde Rusia, Alemania, Holanda, Gran Bretaña, etc.

Anuncio del desastre

Los británicos ni siquiera consultaron al pueblo palestino sobre las posibles implicaciones de esta declaración funcional al proyecto sionista, cuya única salvedad y atisbo de consideración a los auténticos dueños de la tierra, es una vaga promesa de no “violar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías”, lo cual jamás se cumplió durante el mandato británico (1920-1948) y ciertamente menos aún, luego de la implantación del régimen sionista ocupante de Palestina hasta la fecha.

La Declaración Balfour es un anuncio de la Nakba de 1948 y una prueba clara de que la implantación de la entidad israelí en Palestina había sido ideada por los sionistas mucho antes de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.

El gobierno británico, con una nota aparentemente sin pretensiones que acabaría sellando el destino de todo un pueblo, salvaguardaba a las élites judías en Europa para la ocupación de un territorio que ya había sido habitado durante milenios por un pueblo: el pueblo palestino.

La limpieza étnica en Palestina no es el resultado de la casualidad o el resultado de un conflicto religioso histórico, como muchos insisten en mantener. Es un proyecto de supremacía pseudo-racial y ocupación territorial que prevé la exclusión y eliminación sistemática de la población autóctona bajo un régimen de apartheid, en una narrativa que se ha normalizado durante los últimos 100 años.

Campaña y reclamo judicial

Desde 2017, el gobierno y distintas organizaciones palestinas han llevado adelante campañas de concientización recordar al mundo, y en particular a Gran Bretaña, que deben afrontar su responsabilidad histórica para expiar el gran crimen cometido contra el pueblo palestino.

En ese marco, recientemente abogados palestinos presentaron una demanda formal para llevar al gobierno británico a los tribunales como responsable de una declaración “siniestra” y a la vez pidieron una indemnización para los palestinos damnificados, sin fijar una suma.

«El mandato británico establecido en 1920, está en la raíz del sufrimiento del pueblo palestino y ha abierto el camino a la violación de sus derechos y al saqueo de su tierra», dijo Mounir al-Masri, jefe de la Asamblea Nacional de Trabajadores Independientes en una conferencia de prensa en Ramallah.

La denuncia se presentó el jueves 22 de octubre en un tribunal de Nablus, en el norte de Cisjordania, en nombre de la Fundación para la Vigilancia de los Derechos de los Palestinos, el Sindicato de Periodistas Palestinos y la Asamblea Nacional de Trabajadores Independientes.

Asimismo en las redes, impulsada por distintas organizaciones palestinas, se lleva a cabo desde este lunes una nueva campaña de apoyo y concientización mediante el hashtag #Balfour103 .

Se recuerda así esta infame promesa imperial realizada por parte de quien no es dueño, en beneficio de quien no le corresponde, del apoyo para la ocupación del territorio soberano de un tercero, a quien nadie consultó.

Noticias relacionadas

  • Basma Qaddour: “Células terroristas durmientes en Siria sirven a una agenda occidental”
    Basma Qaddour: “Células terroristas durmientes en Siria sirven a una agenda occidental”
  • El fuerte y largo brazo que empuña la espada
    El fuerte y largo brazo que empuña la espada
  • Entrevista a Pablo Sapag para el canal Al Ikhbariya | Damasco, abril 30, 2022
    Pablo Sapag: Entrevista en la TV siria
  • Un miembro de las fuerzas de seguridad del régimen israelí ataca a los fieles en la mezquita de la Cúpula de la Roca en el complejo de al-Aqsa de Jerusalén | Abril 15, 2022 (Foto: AFP)
    Cómo el sionismo está alimentando una guerra religiosa por la mezquita de al-Aqsa
  • A 40 años: Malvinas Argentinas
    A 40 años: Malvinas Argentinas
Ver más
Seguinos en

Editorial

Caretas al viento: avalando el genocidio y el infanticidio

Las aberrantes declaraciones públicas, por parte de un alto directivo de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), no pueden más que suscitar nuestra supina condena y enérgico repudio. Grave es que haya quienes lo piensen, más grave aún es el desparpajo de expresarlo públicamente.

Ver más
Fachada