Siria y la politización del tema humanitario en la ONU

El Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU) adoptó el 11 de julio una resolución (Res. 2533 (2020) ) para extender por un año las tareas de asistencia humanitaria a través de un único punto transfronterizo (entre Siria y Turquía), con el fin de garantizar la entrega de ayuda humanitaria al país levantino.

El viernes pasado expiraron los mandatos de la ONU para los cruces de Bab al-Hawa y Bab al-Salamah (Res. 2504 (2020) ), ambos desde Turquía. Inicialmente, Bélgica y Alemania insistieron en que se extendieran los mandatos para ambos cruces, pero luego acordaron con la posición de Rusia de continuar el trabajo del cruce de Bab al-Hawa solamente y por el período de un año, hasta el 10 de julio de 2021.

“Doce miembros del Consejo de Seguridad votaron a favor de la resolución...[ ] La resolución presentada por Bélgica y Alemania ha sido adoptada”, dijo el embajador alemán en las Naciones Unidas, Christoph Heusgen el sábado.

Bloques permanentes (2 contra 3)

Merced a la inminencia del vencimiento del mandato, la pasada semana tuvo un intenso ritmo de debates en el seno del CSNU. Allí se vio otro capítulo del habitual choque de los dos bloques de potencias (con carácter de miembro permanente), que se suele dar cada vez que se debe decidir sobre temáticas de la geopolítica en las que sus posturas están claramente enfrentadas.

Tal es el caso del conflicto que aqueja a la República Árabe Siria, en cuyo marco Rusia y China apoyan al legítimo gobierno de Damasco y conceptos como la no injerencia, la soberanía y la unidad territorial. Mientras que por su parte, en la esquina opuesta, la terna occidental de EEUU, Reino Unido y Francia continúan procurando manipular al Consejo en pos de sus agendas desestabilizadoras.

Su objetivo es extender el conflicto, sofocar a Siria con terrorismo económico y ocupación y no permitirle pacificarse totalmente, estabilizarse y reconstruirse, luego de casi una década de guerra terrorista impuesta por esas mismas ya mencionadas, muy democráticas potencias del oeste y sus aliados regionales y agentes en el terreno.

Política y asistencia humanitaria

En ese contexto general, se ha venido desarrollando el especifico tema de la cuestión humanitaria, que hace rato viene siendo utilizado políticamente por los enemigos de Siria para seguir sosteniendo los bastiones de terrorismo (Idleb) y ocupación (norte de Alepo, Raqqa y Hasaka), tal como lo ha expuesto claramente el embajador sirio en la ONU, Dr. Bashar Al Jaafari, en más de una oportunidad, en cada sesión mensual sobre la temática.

Siria ha sostenido que la manipulación del tema humanitario por parte de las potencias occidentales, luego de su derrota en el terreno bélico, ha buscado sostener un esquema que apunta a continuar permeando las fronteras sirias para asegurarse, so pretexto de mecanismo humanitario, el apoyo y aprovisionamiento de las organizaciones terroristas y extremistas armadas, especialmente en Idleb, que son las que acaparan todo tipo de “asistencia” supuestamente destinada a los civiles.

De allí, la necesidad de reducir la cantidad de puntos de ingreso oficialmente asignados desde el CSNU, que en un principio en 2014, a través de la Res. 2165 (2014) , eran 4 (dos desde Turquía, uno desde Irak y uno desde Jordania).

Así fue como en diciembre de 2019, Rusia y China vetaron la renovación del mandato transfronterizo completo por primera vez desde su adopción. Para el 10 de enero de 2020, tras esta presión de los aliados de Damasco, se llegó a la resolución 2504 que habilitó a las agencias de la ONU para el uso de dos de los cuatro cruces fronterizos originales (solo los dos desde Turquía) y redujo el plazo del mandato de un año a seis meses.

Borradores y vetos

El martes 7 de julio, Rusia y China vetaron un primer borrador presentado por Bélgica y Alemania, habituales aliados de Washington, que pretendía extender durante un año más las entregas humanitarias a Siria desde Turquía a través de los dos puntos de control que funcionaban desde diciembre de 2019.

El viernes, sucedió lo opuesto cuando el CSNU no pudo adoptar una resolución redactada por Rusia que habría extendido las entregas de ayuda humanitaria transfronteriza al noroeste de Siria durante un año y solamente desde el puesto de control de Bab al-Hawa frente a Turquía.

En consonancia con la postura de Damasco, Rusia había estado tratando de limitar el número de entregas de ayuda transfronterizas a Siria a un solo punto de control, (Bab al-Hawa), que se utiliza para aproximadamente el 90 por ciento de las entregas de la ONU al noroeste de Siria.

La posición siria y rusa afirma que el mecanismo de entrega de ayuda transfronteriza fue una medida temporal y urgente iniciada en 2014 y que la situación actual en Siria, donde las fuerzas gubernamentales han recuperado el control sobre la mayoría de los territorios, ya no requiere la utilización de tantos cruces o puntos de control fronterizos, cuya cantidad atenta contra la soberanía siria.

Es decir que Siria y Rusia han declarado ya desde 2019, que una vez superada la emergencia de 2014, y con una palpable restitución del legítimo control estatal, la ayuda humanitaria ahora debe gestionarse ciento por ciento a través de Damasco.

Si bien se desconocen los pormenores de las negociaciones luego de haber sido vetados ambos proyectos de bloques, observadores apuntan que pudo haberse negociado la extensión temporaria como variable de cambio. De cualquier modo, el consenso alcanzado con la presente resolución aprobada, estaría exhibiendo una victoria diplomática para el bloque aliado de Siria.

Según las declaraciones oficiales, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, acogió con beneplácito la adopción de la nueva resolución del CSNU el sábado, diciendo que Alemania quería preservar un mayor número de puntos de control, pero finalmente aceptó un compromiso para mantener vivo el actual mecanismo de ayuda humanitaria.

A su vez, según afirmó Maas, Alemania planea asignar 1.6 millones de euros (USD 1.8 millones) en ayuda para Siria y los países vecinos este año.