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viernes, 16 de octubre de 2020

Protestas en el Líbano: un año después

Por Redacción Diario Sirio Libanés

Desde el impuesto a Whatsapp hasta la renuncia de Adib, repasamos los 12 meses desde que el movimiento de protestas en el país del cedro impulsa el camino de la transformación.

Han sido 12 meses difíciles para el Líbano desde el 17 de octubre de 2019, donde los ciudadanos se reunieron en el centro de la capital y marcharon al palacio de gobierno exigiendo que las autoridades cancelen un documento que decretaba un impuesto al servicio de mensajería Whatsapp.

Con dos muertos, decenas de heridos y la mayoría de las rutas bloqueadas, aquella manifestación sería el comienzo de un año de transformaciones políticas, sociales y económicas dentro del país mediterráneo.

Manifestaciones en las calles

A pesar de que el gobierno de Saad Hariri eliminó el impuesto, el malestar social se convirtió en una revuelta nacional contra la clase política en general, dejando de lado las divisiones entre algunos partidos políticos. Con la presión en las calles y manifestaciones cada vez más violentas, el 29 de octubre de 2019, el gabinete de Hariri renuncia .

Sin un gobierno formal, la crisis financiera genera preocupaciones por la estabilidad del Líbano, a medida que la libra libanesa pierde un tercio de su valor en el mercado paralelo. El 11 de diciembre, Francia, Estados Unidos y otros países rechazaron la implementación de un nuevo paquete de ayuda urgente para el Líbano en una conferencia de París, condicionando la asistencia  hasta que el país adopte “un paquete sustancial, creíble e integral de reforma económica” (léase: paquete FMI completo).

Gobierno de Diab

El 19 de diciembre, el presidente Michel Aoun nombra al académico Hassan Diab como nuevo primer ministro, quien se compromete a formar un pequeño gobierno compuesto por "especialistas independientes a las comunidades políticas". Sin embargo, el 21 de enero, se conforma un gobierno de ministros nombrados por los principales partidos políticos libaneses.

El 11 de febrero de 2020 la alineación de Diab obtiene la confianza del Parlamento; sin embargo, en las calles, el descontento social continúa a más de 100 días del comienzo de las protestas.

Un mes después, el Líbano anunció que no pagará el eurobono que vencía el 9 de marzo, una medida sin precedentes para un país que nunca antes había incumplido un vencimiento. El 30 de abril, el director de comunicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) informó que Líbano solicitó "asesoramiento y experiencia técnica". Michel Aoun aseguró que “las crisis financieras y económicas que sufre el Líbano ya no se pueden resolver fácilmente.

El 11 de junio, luego de que la moneda nacional cayera nuevamente frente al dólar, libaneses encabezaron una nueva protesta para manifestarse en contra del colapso de la lira. Tras enfrentamientos con las Fuerzas de seguridad e incendios en sucursales bancarias, el presidente libanés advirtió sobre interferencia extranjera en las protestas.

Luego de que las conversaciones con el FMI no llegaran a buen puerto, el gobierno de Diab no logra emprender el camino de las reformas. El 3 de agosto, el ministro de Relaciones Exteriores, Nassif Hitti, renuncia alegando “la ausencia de una voluntad activa para lograr cambios”.

El estallido en el puerto

El 4 de agosto, una explosión masiva en el puerto de Beirut devasta gran parte de la ciudad, dejando  más de 194 muertos, al menos a 6.500 heridos y 300.000 desplazados de sus hogares. El gobierno informa que la explosión fue causada por un incendio que alcanzó 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un depósito durante seis años.

La explosión enciende la ira popular, con más rechazo a la élite política, señalada por la negligencia que provocó la explosión. Dos días después, el presidente francés Emmanuel Macron visita Beirut y pide "cambios profundos" en la forma en que se administra el país. La comunidad internacional promete 300 millones de dólares en ayuda de emergencia.

El 10 de agosto Diab anuncia la dimisión de su gobierno tras siete meses en el poder.

Gobierno de Adib

El 31 de agosto, el embajador libanés en Alemania, Mustapha Adib, es nombrado nuevo primer ministro del país mediterráneo y promete llevar a cabo las reformas exigidas por la comunidad internacional y acordar un acuerdo con el FMI. Un día después, Macron aterriza nuevamente en Beirut, obteniendo una promesa de los partidos políticos de ayudar a Adib a formar un gobierno independiente en dos semanas.

Este 26 de septiembre, Adib renuncia tras no poder superar obstáculos en la formación de Gabinete. 

Posible retorno de Hariri

El pasado 8 de octubre, Saad Hariri aseguró que es uno de los candidatos preferidos por la élite política del Líbano y la comunidad internacional para liderar el próximo gabinete. Con el argumento de que falta general consenso, el presidente Aoun pospuso para el próximo 22 de octubre las consultas parlamentarias, programadas inicialmente para el pasado jueves 15.

Mientras las idas y vueltas de la clase política -fuertemente conectadas con presiones internacionales- siguen dilatando definiciones, la peor crisis económica y financiera del país en décadas carcome a los ciudadanos, que enfrentan una inflación superior al 50 por ciento en la economía nacional, lo que ya arrojó a la mitad de los libaneses hacia el umbral de la pobreza.

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