ONU avala nuevo gobierno libanés

Sin muchas fanfarrias, merced a la crisis económica, pero con sólido apoyo de la ONU, inicia su camino el nuevo gabinete ejecutivo libanés.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, acogió con beneplácito el anuncio de la presidencia libanesa sobre la formación de un nuevo gobierno, según afirmó su portavoz, Stephane Dujarric.

“El Secretario General acoge con beneplácito el anuncio de la formación de un nuevo Gobierno del Líbano hoy. Espera trabajar con el Primer Ministro Hassan Diab y el Consejo de Ministros entrante, incluso en apoyo de la agenda de reformas del Líbano y para abordar las necesidades apremiantes de su pueblo”, dijo el portavoz en un comunicado el martes por la noche.

Según la declaración, también Guterres reiteró el compromiso de la ONU de apoyar la soberanía, la estabilidad y la independencia política del Líbano.

Presión de Washington y aliados

Por otra parte, y en el marco de su feroz y abierta campaña contra Hezbollah, Washington deslizó un leve apoyo esbozando una tibia bienvenida al nuevo gabinete libanés.

Este miércoles, Pompeo dijo que Washington "aún no sabe" si el Gobierno recién formado logrará cumplir sus objetivos. El Gabinete se hizo realidad después de meses de inquietud política y social exacerbada por una contracción económica masiva.

“La prueba del nuevo gobierno de Líbano serán sus acciones y su capacidad de respuesta a las demandas del pueblo libanés de implementar reformas y combatir la corrupción”, dijo Pompeo en un comunicado.

“Solo un gobierno que sea capaz y esté comprometido a emprender reformas reales y tangibles restablecerá la confianza de los inversores y desbloqueará la asistencia internacional para el Líbano”, agregó, destacando la necesidad de que el país mediterráneo ordene sus finanzas antes de buscar apoyo externo.

A su vez, la campaña regional por parte de EEUU contra Irán, exacerbada en la gestión Trump, y que en lo que respecta al Líbano ha tenido fuertes ecos a través de un constante acoso al movimiento de resistencia Hezbollah, podría colaborar a disminuir el apoyo de la comunidad internacional hacia el nuevo Gabinete libanés.

Más aun, ya los más extremistas medios de comunicación pro-occidentales, tales como la cadena qatarí Al Jazeera , han encendido las alarmas por la presencia de dos ministros (Salud e Industria) que son apoyados por Hezbollah, y han presentado al gobierno como "el gabinete de Hezbollah".

En consonancia con la Casa Blanca, el embajador británico en el Líbano, Chris Rampling, sostuvo el jueves una reunión con Diab en el Grand Serail en la que expresó el apoyo al nuevo equipo ministerial, pero con reservas.

“La formación de un nuevo gobierno es un paso importante para el Líbano. Junto con otros miembros de la comunidad internacional, estamos listos para apoyar al Líbano, pero esperamos que este gobierno demuestre su compromiso con las reformas que el Líbano necesita desesperadamente", dijo Rampling.

También el gobierno galo se manifestó en el mismo sentido. Francia está lista para ayudar al Líbano a enfrentar una crisis financiera y económica que requiere que el nuevo gobierno del primer ministro Hassan Diab tome "medidas de emergencia", dijo el jueves la embajada de Francia en Beirut.

“La difícil situación en el Líbano requiere que el nuevo gobierno priorice las medidas de emergencia y restablezca la confianza”, dijo el comunicado emitido en el sitio web de la embajada.

Buscando el equilibrio

Este martes, el primer ministro de Líbano, Hassan Diab, formó un gobierno  de 20 miembros reconocidos como tecnócratas, sin participación en gobiernos previos y sin afiliación político-partidaria. Sin embargo, aunque el gobierno está compuesto técnicamente por especialistas, los ministros fueron nombrados y apoyados por los partidos políticos.

Después de meses de disputas sobre las asignaciones ministeriales, Hezbollah y sus aliados de Amal y el Movimiento Patriótico Libre (FPM) del presidente Aoun, lograron formar un gabinete que enfrentará la ciclópea tarea de alejar al Líbano del colapso financiero.

El plantel resultante busca ser una respuesta equilibrada entre por un lado, las demandas de desempoderamiento de los partidos, levantadas por cierto sector  de las variopintas organizaciones impulsoras de las protestas sociales iniciadas en octubre, y por otra parte una añeja y enquistada estructura política libanesa conformada por partidos y movimientos que representan a las comunidades religiosas.

Pero más allá del complejo ADN del sistema político libanés de tipo confesional, la llamada “revolución” de las calles, propició una segunda discusión que ha sido poco visibilizada pero que ha estado y permanece en debate en el país, entre dos posibles caminos.

Esto es: la permanencia de la Política (léase: Ideología, objetivos, estrategia) en el manejo del Estado Nacional o en su defecto la posibilidad de un vacío político bajo la máscara de la necesaria “tecnocracia apolítica” sustentada por conceptos como “gobernanza” y/o “eficiencia”, que podría ser terreno fértil para las agendas de abuso y endeudamiento económico neoliberal bajo recetas del FMI y el Banco Mundial.

De eso es de lo que se habla cuando se dice “necesarias reformas”; las cuales no son más que las condiciones fundamentales para el desembolso de la prometida “asistencia internacional”.  

Grandes desafíos

A primera vista, el nuevo gabinete libanés parece más competente que los anteriores pero sus posibilidades de ‎éxito se ven seriamente limitadas por una clase política que no está dispuesta a ‎renunciar a sus privilegios ni a poner fin al sistema confesional implantado por Francia al término ‎de la Segunda Guerra Mundial. ‎

A su vez, el nuevo gobierno tendrá que comenzar por enfrentar la crisis bancaria, en la que estarían implicados varios altos responsables de los partidos políticos. ‎

También, según se vio recién anunciada su composición, el nuevo gabinete deberá enfrentar la continuidad de manifestaciones callejeras de condena, desde antes de comenzar a trabajar. Gran parte de las mismas son impulsadas por el Movimiento Futuro del ex premier Hariri, las Fuerzas Libanesas del criminal de guerra Samir Geagea y por el PSP del líder druso Walid Jumblatt, cuyas fuerzas políticas se negaron a ser parte del nuevo gobierno.

Por otra parte, durante su alocución en un panel en el marco del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el ex ministro de Relaciones Exteriores y líder del FPM, Gebran Bassil, apoyó al gobierno que afirmó "restablecerá la confianza internacional".

“Este gobierno debería comenzar de inmediato para solucionar los problemas fiscales del país”, dijo Bassil, pidiendo a la comunidad libanesa e internacional que le brinde al gobierno la oportunidad de “demostrar su credibilidad”.

“Este gobierno demostrará si es creíble o no por su acción”, dijo Bassil al moderador del panel. “Después de asegurar el voto de confianza del Parlamento y el pueblo libanés, el nuevo gobierno buscará reunir el apoyo de los donantes internacionales”, finalizó.