Nuevas sanciones estadounidenses retrasan la formación de Gabinete libanés

El pasado viernes, el Tesoro de Estados Unidos anunció que Washington había impuesto sanciones al jefe del Movimiento Patriótico Libre (MPL) y yerno del presidente Aoun, Gebrán Bassil, por “presunta corrupción en virtud de la Ley de Responsabilidad de Derechos Humanos Global Magnitsky”, que permite bloquear la propiedad de personas involucradas en “abusos de derechos humanos o corrupción”.

Bassil es el tercer político en caer bajo las restricciones norteamericanas luego de que la administración Trump impusiera sanciones a dos exministros por acusaciones de colaborar con el Movimiento Hezbollah.

En la actualidad, estas sanciones complican aún más la formación de un nuevo gobierno libanés, ya estancado por facciones rivales que compiten por los puestos ministeriales más fuertes, mientras que nuevas demandas del presidente Michel Aoun de controlar tres ministerios clave (Interior, Defensa y Justicia) salieron a la luz.

Después de la noticia de la sanción, Bassil - quien lidera el bloque más grande del Parlamento - endureció este domingo su postura sobre la formación del gabinete al establecer condiciones que amenazan con retrasar aún más la creación de un gobierno de 18 miembros de especialistas no partidistas previstos por el primer ministro designado Saad Hariri para llevar a cabo reformas.

“A raíz de las sanciones de Estados Unidos, el MPL insistirá en su participación en el próximo gobierno, a pesar de haber ofrecido nuestra ausencia previamente”, dijo.  "No se puede castigar a un partido libanés que ha sido golpeado con sanciones estadounidenses aislándolo aún más o impidiéndole participar en el nuevo gobierno", agregó.

Bassil aseguró que “ninguna resistencia de un pueblo puede ser derrotada, por pequeña que sea”, y afirmó que continuará “resistiendo hasta el último aliento". “Los estadounidenses están buscando sembrar la discordia en el Líbano, y aumentaron sus esfuerzos durante su participación en el gobierno en 2017”, comentó.

Poco antes de que el Tesoro de Estados Unidos anunciara las sanciones a Bassil el viernes, Hariri se reunió con Aoun en el Palacio de Baabda por séptima vez desde su designación el 22 de octubre, para discutir la superación de los obstáculos que enfrenta el actual proceso de formación de gabinete.

A pesar de una declaración presidencial que dice que la reunión fue "positiva", la misma fuente informa que “no se han logrado avances ya que persisten diferencias partidarias por los ministerios relacionados con los servicios públicos”, como Salud, Obras Públicas, Telecomunicaciones, Educación y Asuntos Sociales. “Además, el problema de la representación cristiana en el próximo gobierno aún no se ha resuelto”, dijo la fuente. 

Hariri, respaldado por Francia y la OTAN, se ha reencontrado con viejos obstáculos del propio sistema libanés a la hora de formar un nuevo gobierno de especialistas no partidarios que lleven adelante las reformas económicas y administrativas estructurales para sacar al país de la incertidumbre total.

Líbano necesita la implementación de las reformas para desbloquear la ayuda internacional prometida para combatir la crisis económica, las graves consecuencias de la explosión mortal de agosto que pulverizó el puerto de Beirut y el alarmante aumento de las infecciones por coronavirus.