Líderes libaneses condenan la violencia en Trípoli

Las principales figuras políticas del Líbano condenaron este fin de semana la continua violencia en las calles de Trípoli, la segunda ciudad más grande del país mediterráneo. El sábado fue la sexta noche consecutiva de disturbios en una de las urbes más pobres del Líbano, luego de que el gobierno de Beirut impusiera un toque de queda de 24 horas para frenar el aumento de la pandemia de COVID-19.

Los disturbios se intensificaron desde el viernes por la noche, cuando una multitud de manifestantes prendió fuego al edificio del gobierno municipal de Trípoli. El primer ministro interino, Hassan Diab, dijo que la condena no es suficiente y se comprometió a hacer que los "criminales" sean arrestados "uno por uno" y remitidos al poder judicial.

Por su parte, el presidente libanés, Michel Aoun, se reunió con la ministra de Defensa Nacional, Zeina Akar, para discutir la situación de seguridad en Trípoli. El mandatario “solicitó una investigación sobre las circunstancias de lo sucedido y el seguimiento estricto de los perpetradores que se han infiltrado en manifestantes pacíficos”.

Un día antes de los incendios en el centro de la ciudad, Omar Tayba, de 29 años, murió a causa de una herida de bala que recibió mientras observaba las protestas, según comentó su hermano. Además, la Agencia Nacional de Noticias estatal (NNA) informó que más de 220 personas resultaron heridas en los enfrentamientos.

Delicada situación sanitaria

A principios de enero, el Líbano impuso el estado de emergencia y un toque de queda de 24 horas. La pandemia de coronavirus, que ha matado a más de 2.500 personas en el país, ha golpeado a los hospitales que, desde hace meses, sufren las consecuencias de una profunda crisis económica mientras las nuevas medidas de bloqueo sacuden directamente el bolsillo de los más necesitados.

A pesar del rechazo a las últimas medidas en materia sanitaria, Diab - quien está al mando de un gobierno interino desde hace casi seis meses -, aseguró que el bloqueo total “comenzó a frenar la propagación del COVID-19”, y pidió “paciencia y ayuda en la batalla contra el virus”.

"La cuarentena nacional ha frenado la propagación del virus: si los libaneses cumplen las medidas preventivas, podemos derrotar al virus, recuperar nuestras vidas y reabrir gradualmente, de manera sistemática", dijo Diab durante una reunión con el Comité ministerial contra el coronavirus en el Grand Serail.

Este lunes, el jefe del Hospital Universitario “Rafik Hariri”, Firass Abiad, acompañó las declaraciones de Diab y reafirmó que estrictas medidas de bloqueo han logrado disminuir los casos diarios de COVID-19 y estabilizar la crítica condición de los centros de salud.

Abiad, uno de los principales expertos en salud en la lucha contra el virus en el país, advirtió que aunque “se ha estabilizado una situación que se deteriora rápidamente”, todavía hay evidencia de una alta propagación del virus dentro de las comunidades, y los hospitales siguen con una capacidad limitada.

Además, comentó que aún persisten las preocupaciones sobre la virulencia de la variante más contagiosa del Reino Unido, que prevalece en el Líbano. Instó a la necesidad de relajar las medidas de bloqueo de manera controlada, o de lo contrario, el país correrá el riesgo de deshacer cualquier avance logrado durante el bloqueo total.