Libaneses recordaron el inicio de las protestas

Un año después del levantamiento del 17 de octubre, que marcó el comienzo del movimiento de protesta contra la clase política libanesa, miles de personas se reunieron en el centro de Beirut con banderas y pancartas para insistir en la implementación de reformas necesarias para salvar al país del colapso económico.

Los manifestantes partieron por la tarde del sábado desde el centro de la ciudad hasta el Banco Central, donde pidieron la dimisión de su presidente, Riad Salameh. En el puerto de Beirut, encendieron una antorcha y guardaron un minuto de silencio para conmemorar a las más de 190 personas que murieron en la explosión que arrasó la ciudad el pasado 4 de agosto. 

Los activistas han instalado un monumento metálico en el lugar para conmemorar el aniversario de su "revolución" del 17 de octubre. "Durante un año, hemos estado en las calles, y nada ha cambiado", dijo un manifestante a un medio local. "Nuestra demanda es la remoción de una clase política que sigue compitiendo por puestos y escaños a pesar de todo lo que sucede en el país”, agregó.

El evento del aniversario careció de la efusión e ira que unió a personas de todos los ámbitos del país en los primeros días del levantamiento del año pasado, y en esta ocasión no hubo que lamentar incidentes.

La gente realizó protestas similares en otras partes del país, aunque en menor número que en Beirut. También se realizaron manifestaciones solidarias a nivel internacional en Francia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos.

El Líbano ha atravesado uno de sus años más duros hasta ahora. La crisis financiera ha provocado el colapso de la moneda nacional en el mercado negro y la inflación llegó al 120 por ciento en agosto pasado, mientras que el precio de los alimentos se disparó un 367 por ciento en un año. 

Dos gobiernos han dimitido desde que comenzó el movimiento, pero el movimiento de protesta continúa ejerciendo presión mientras que la comunidad internacional aprieta al país para encaminar las reformas políticas y económicas necesarias.

Al respecto, este lunes, el Ejercito libanés informó que comenzará a distribuir ayuda financiera a las víctimas de la explosión del puerto. La ayuda que se distribuirá proviene de un fondo que el Consejo Superior de Alivio del Gabinete que transfirió al Ejército.

Si bien el portavoz del mismo dijo que aún no se ha determinado el número exacto de familias que se beneficiarán de la ayuda, aseguró que el monto de la contribución a cada familia será acorde con el nivel de daño causado a su propiedad. Esto se basará en evaluaciones de necesidades y costos realizadas previamente por el Ejército en colaboración con ingenieros civiles en las áreas afectadas por la explosión.

El fondo de ayuda valdría alrededor de 66,3 millones al tipo de cambio oficial de 1507,5 liras por dólar. Sin embargo, tras la actual incertidumbre financiera del Líbano, el fondo tiene un valor de 12,5 millones si se aplica la tasa de mercado paralelo de 8.000 libras por dólar.

Al menos 200 personas murieron en el desastre y 6.500 más resultaron heridas tras la explosión de cientos de toneladas de nitrato de amonio, y aún no se ha responsabilizado a nadie por la explosión, a pesar de que numerosos funcionarios sabían que el explosivo estuvo almacenado negligentemente durante seis años en un depósito cerca de barrios residenciales.